26 de Abril del 2024

Se Ha Perdido la Brújula

Por Ricardo Gali / /

Inden interior SeamosClaros

Después de los anuncios del Gobierno en los últimos días, el panorama para nuestro país en materia económica sigue siendo desolador. El Gobierno ha presentado un “plan de rescate” que deja fuera al sector productivo del país, convirtiendo el reto de la recuperación económica prácticamente en una misión titánica.

Recuerdo todavía en una entrevista con Ciro Gómez Leyva, en la que López Obrador cito la frase de Joseph Goebbels, quién decía que, “una mentira repetida mil veces se convertía en verdad”. Hoy, esta frase retumba en mi mente al ver el intento descarado de un hombre, que cegado por sus obsesiones ideológicas, quiere convencernos que sus mentiras, y sus otros datos, son “verdad”, quien ante un escenario adverso como el que hoy se vive, dice que podrá generar 2 millones de empleos en tan solo 9 meses, cuando tan solo del 8 de marzo al 6 de abril se perdieron 346 mil 678 empleos, (la misma cantidad de los generados en 2019).

Al presidente solo le interesan sus proyectos faraónicos y contar con el apoyo de dos sectores: el ejército y sus clientelas electorales, el resto de los mexicanos no le importamos porque en este momento no le representamos un interés electoral, ni un aliado para mantenerse en el poder. En su Gobierno, cegado por su arrogancia, no han sido capaces de voltear a ver lo que están haciendo sus pares en el mundo para evitar el colapso económico, donde están buscando proteger a aquellos que generan empleos, a través de medidas contra cíclicas y estímulos fiscales para sostener la economía; por el contrario, López Obrador pretende hacer un apretón fiscal y con esto ahogar al ya muy lastimado sector productivo.

Prueba de lo anterior fue el anuncio del “plan de rescate”, el cual no tiene pies ni cabeza. El plan se resume en 3 acciones:  1) apuesta por darle prioridad a Pemex, que a pesar de que todas las petroleras a nivel global han ajustado sus proyectos a la baja, en México, le damos más recursos, sin tomar en cuenta la situación del sector petrolero a nivel global y sus escandalosas pérdidas que incrementaron 92% el año pasado, esto, bajo la absurda concepción de regresar a los años 70 y ser potencia petrolera nuevamente; 2) Seguir impulsando los faraónicos proyectos de del Aeropuerto de  Santa Lucía, la Refinería de Dos Bocas y el Tren Maya, los cuales, no son viables ni técnica y financieramente, por lo que fueron descartados por la iniciativa privada tanto nacional como extranjera para participar en su ejecución y; 3)  atender al México de sus programas sociales que representan 22 millones de mexicanos, sin embargo, no se sabe que pasará con los otros 105 millones de mexicanos afectados por la crisis.

Como se ha dado muestra, al sector productivo se le ha dejado fuera del plan y se les ha confirmado que no habrá medidas adicionales, lo que implica cerrarle la puerta a la posibilidad de acceder a un seguro de desempleo universal, apostar por estímulos fiscales y apoyos para las empresas para amortiguar la crisis, evitando con ello despidos masivos. La consecuencia, será la caída del consumo que terminará por colapsar las cadenas de comercio nacional, situación que se convertirá más tarde que temprano en una tragedia irreparable, en la que el presidente buscará culpar a los empresarios, por lo que, desde hace varias semanas, ya señala desde su tribuna mañanera para generar una narrativa que ha causado el rompimiento con la iniciativa privada.

A lo anterior, se le suman las penosas declaraciones emitidas tanto por el canciller y el presidente, que, en resumen, anuncian una persecución contra la iniciativa privada. En primera instancia contra aquellos empresarios que, ante la falta de ingresos, no puedan cumplir con la exigencia de pago de impuestos y nómina. Y segundo, contra aquellos que no están de acuerdo con el “plan de rescate”. Basta con observar lo dicho el día de ayer por el presidente, quien después de 15 minutos de señalar a sus enemigos ficticios (conservadores y fifís), aseguró haber entregado un oficio al Sr. Calos Salazar Lomelín, quien preside el Consejo Coordinador Empresarial, con un listado de 10 empresarios que debían en su conjunto, alrededor de 150 mil millones de pesos.

Nadie está en contra de que quienes deben impuestos paguen como lo hacemos todos, sin embargo, no se debe de permitir que se utilice la tribuna mañanera y el poder público para crucificar a aquellos que no están de acuerdo con el presidente. Señalar a los empresarios como lo está haciendo es una clara intimidación para aquellos que buscan un México mejor.

Lamentablemente, en este momento que se requiere tanta responsabilidad y liderazgo, aquel ferro opositor, que hoy se encuentra en el poder, ha perdido la brújula, demostrando su inaptitud para construir confianza y unidad para enfrentar la crisis. El presidente sigue con la absurda paranoia de imaginar enemigos donde no los hay, nadie quiere que su gobierno fracase ni que le vaya mal, si así fuera nadie alzaría la voz para advertirle sobre sus errores y de las posibles consecuencias de los mismos.

Tarde o temprano, el dinero de lo que se recaude de impuestos (que irá a la baja) por la inminente quiebra de empresas, los montos del fondo de estabilización y de los fideicomisos extintos, supuestamente para afrontar la crisis sanitaria y económica, se acabarán y cuando nos demos cuenta, será demasiado tarde para cambiar el rumbo. Sin duda, el presidente no tiene la culpa de lo que está ocurriendo a nivel global, pero si será responsable de la implementación de políticas públicas equivocadas que por terquedad o ignorancia terminen por afianzar la mayor debacle en la historia moderna de nuestro país.

               

Puebla GOb

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