Si en EEUU solo votarán las mujeres, Biden sería el ganador, si solo votarán los hombres blancos ganaría Trump, si solo votarán los afroamericanos ganaría Biden. La presidencia de Trump, que duró solo 4 años, creó una grieta que divide a todo el país, construida con odio y racismo. Esta será su herencia, y el nuevo gobierno tiene que poner este tema como prioritario en su agenda nacional: contener, restaurar y reconstruir la unión nacional, de lo contrario podría ser el inicio de la caída del imperio. Los políticos deben buscar los intereses en común de estos grandes grupos, y no se necesita ser científico para saber que son economía, salud y orgullo por la cultura norteamericana.
Es muy tentador y peligroso hacer un análisis simple que, al retirarse Trump, se acabaron sus ideologías populistas. Trump no inventó el odio y rencor que existe entre los norteamericanos, EEUU los tiene desde su inicio, lo que importa es cómo los administra el estado, y ese es el verdadero desafío.
Los mexicanos debemos tener claro que, salvo unos pequeños matices, el gobierno de EEUU actuará como siempre lo ha hecho, por delante sus intereses.
Mañana EEUU, se despertará diferente, la borrachera Trump acabo, empieza la resaca Biden, este ya anunció regresar al pacto de París, seguramente revisara su papel como gendarme del mundo, cicatrizara las diferencias con Europa occidental, y mantendrá sin una solución viable el Medio Oriente.
China ya tomó la ventaja que Trump le permitió, es la primera potencia en tener su propia moneda digital, la cual hará a su economía más vertiginosa y eficiente. Si el dólar cae, el imperio cae con él. China ha demostrado no tener prisa, su estrategia es simple, esperar el momento y oportunidad .
Biden, como todos los hombres de política, al entrar al laberinto del poder creen que este ya lo descifraron, pero en cuanto llegue a la Casa Blanca, a sus 77 años, conocerá la BESTIA indomable que es el mundo occidental.
Reconstrucción
Periódico Central hace su nueva apuesta, DANDODATA una inmersión a los números y a las estadísticas, en busca del dato duro y sustentado. Si bien es cierto que toda actividad política y social y de estado arroja números, estos no son siempre interpretados o traducidos al público en general. O simplemente, ante una cantidad agobiadora de datos, nos perdemos fácilmente, pero ya estamos aquí con este fresco enfoque periodístico te informaremos de forma contundente lo que antes era inadvertido.
