Lo entiendo de amigos como Juan de Dios Bravo Jiménez, Pepe Rocha o Marisol Calva, quienes siempre han trabajado por el PRI, han luchado desde cualquier trinchera por una oportunidad y ésta nunca les ha llegado.
Ellos tienen toda la razón al decir que hoy abandonan con todo el dolor de su corazón al Revolucionario Institucional. Las oportunidades para ellos nunca llegaron, porque en su camino siempre se cruzaban los Estefan, los Soto, los Alcalá, los Lastiri, los Vega Rayet.
Pero el berrinche que están haciendo precisamente Juan Carlos Lastiri, Juan Manuel Vega Rayet, Blanca Alcalá, Leobardo Soto o Lorenzo Rivera, no tiene nombre. Es inconcebible, después de que han saqueado a su partido, que han obtenido todo de él y que nunca le han querido invertir un solo peso.
Resulta que ahora estos priistas están indignados porque no hay oportunidades en el partido, que Néstor Camarillo ha secuestrado al tricolor y que está metiendo solo a su gente y que no hay oportunidades para ellos.
¡Ah caray! No de estarán mordiendo la lengua, no les estará saliendo sangre de la nariz, porque si mal no lo recuerdo, cada uno de ellos en cada proceso electoral participa o pide cuotas para su familia y amigos. Lastiri ha sido alcalde, diputado local, federal, dirigente estatal, secretario federal del PRI, subsecretario federal del estado, dirigente estatal y acusa que no hay oportunidad para él.
Leobardo Soto ha sido diputado local, federal, ha metido a su hijo en la nómina del partido tricolor, ha operado en contra del PRI, y ahora acusa que no hay oportunidades para él. Lorenzo Rivera ha sido dirigente estatal, diputado, delegado del gobierno federal y dice que no hay espacio para él.
Por cierto, también metió a su hijo en la estructura de la dirigencia estatal y en la planilla de regidores en el 2018 y a su esposa pretendía hacerla candidata a diputada local por Tlatlauquitepec y dice que no hay oportunidad en el ex partidazo.
Blanca Alcalá ya ha sido todo en el PRI y en cargos de elección popular, solo le faltó ser gobernadora. Metió a mi amiga Karina en la planilla de regidores cuando Enrique Agüera compitió contra Tony Gali por la alcaldía.
Después Karina fue candidata a diputada federal y mi querida Blanquita hizo berrinche porque Kari no fue secretaria General en la dirigencia estatal con Néstor Camarillo, y está presionando para que sea líder municipal del PRI en la capital poblana.
De acuerdo a como ve las cosas Blanca, no hay oportunidades para Karina en el PRI, pero hay otras chavas que han hecho más trabajo por ese partido, como la propia Marisol Calva, y ella sí podría decir que no hay oportunidades, pues viene de la cultura del esfuerzo.
Yo creo que lo mejor que le podría pasar al tricolor es que los Lastiri, los Rivera, los Alcalá, los Soto y todos los que se han servido con la cuchara grande en el PRI, hagan maletas y ahuequen el ala, porque más allá de beneficiar solo perjudican.
