El delirio de persecución de Ixetl Romero
Mi estimada Ixetl Romero, no tengo el gusto de conocerte y tampoco es que muera por hacerlo. De hecho, más cansado estoy yo de escribir sobre ti que tal vez tú de leerme, pero eres funcionaria pública y, mientras lo seas, no nos quedará más remedio que aguantarnos.
Ya supe que estallaste en cólera por mis publicaciones, que reclamaste, te indignaste y hasta mencionaste que en lugar de estar "patrocinando notas", mejor se pongan a ayudar a la gente.
Quiero decirte que a mí nadie me patrocina, y qué pena que pienses que la gente se mueve por dinero. Yo lo único que hago es precisamente trabajar, algo que de acuerdo con los líderes migrantes que han salido en mis publicaciones, piden a gritos que hagas lo mismo "ponerte a trabajar".
Yo hice algo que, al parecer, en el tiempo que llevas de directora de la Oficina de Atención al Migrante, no has hecho: tomarte el tiempo para escuchar a los líderes y en general a los migrantes para comprender su situación y los terribles problemas por los que atraviesan.
Mira, yo no necesité de viajar a Estados Unidos, ir acompañado de una comitiva de 10 personas, usar camionetas de lujo en Los Ángeles y tomarme miles de fotos. Solo fue necesario llamarlos, escuchar atentamente por 2 horas sus problemas y preocupaciones para ser empático y brindarles comprensión.
Ya también me enteré de que lo que más te preocupa es que quieres ser la candidata de los migrantes a diputada, pero supongo que con esa actitud y amenazas no lo podrías lograr. Es más, hasta ganas me dan de postularme solamente para medirle el agua a los tamales, aunque sería muy pretencioso y soberbio de mi parte.
En fin, para otra ocasión que quieras averiguar "quién me paga" por entrevistar a los migrantes, mejor dales un poco de tu tiempo, con toda la sencillez y humildad que debe caracterizar a alguien que está en el cargo que hoy ostentas.