Es una pena que teniendo todo para ser un buen presidente, uno que realmente marque el cambio que todos los mexicanos esperamos y anhelamos, Andrés Manuel López Obrador se ponga solito el pie. Peor aún, es una vergüenza que se la pase culpando a sus "enemigos" inexistentes de todos y cada uno de sus errores.
Realmente no tiene oposición, la oposición no existe, sus enemigos son él, Morena y los legisladores de su partido político, pues entre los ideales y sueños guajiros de izquierda, no se dan cuenta que ya son gobierno, que están sometidos al escrutinio público y que sus decisiones son única y exclusivamente su responsabilidad.
López Obrador enfrentará en los próximos días un nuevo desencuentro que seguramente dará mucho de qué hablar, cuando los gobernadores empiecen a implementar las medidas y estrategias que consideren necesarias para frenar la propagación del Covid- 19 y que sus respectivos ciudadanos entren a la nueva normalidad.
¿Cómo llegamos a este punto?
Pues fue el propio López Obrador quienes les dio manga ancha para hacer y deshacer a fin de lavarse las manos y que cada mandatario estatal asumiera una responsabilidad que tendría que caer en la federación.
Esta libertad se las dio a través del decreto presidencial que él mismo diseñó a fin de no asumir el costo político de la decisión de que se levantara el confinamiento social después del 15 de mayo. Ahora que cada mandatario está implementando sus propias acciones, éstas han sido descalificadas por Olga Sánchez Cordero y Hugo López Gatell.
En el caso de Puebla, Barbosa anunció que se diseñó su propio semáforo Covid para reanudar paulatinamente las actividades y por regiones, situación que de inmediato fue descalificada por los funcionarios federales.
En fin, ya saben lo que dicen "Por la boca muere el pez".
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A otro que de pronto también se le barre es al gobernador Barbosa, y es que de plano le gusta el box, pues cada semana se entrampa en pleitos con todo el mundo.
Sino es Claudia Rivera, es el rector Esparza, la federación, el Consorcio de universidades privadas, Ahora Ricardo Monreal y hasta periodista como Francisco Zea. Particularmente considero que a veces se gana más quedándose callado, sobre todo si se está en una posición como la del gobernador.
Aunque es muy cómico ver todos esos pleitos. Al menos, nos divertimos un rato con estos rounds.
