Desde esta semana la delegación del Issste en Puebla se ha convertido en un posible foco de infección de covid-19, luego de que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador decidió soltar el "Sistema de Asignación de Préstamos Personales por Sorteo Electrónico", con el argumento de apoyar a los afiliados durante la contingencia.
Y sí, está bien que los gobiernos entreguen apoyos y que la Federación haya desbloqueado al menos tres diferentes esquemas de obtener créditos, pues junto con estos están los Créditos Solidarios y los préstamos A la Palabra. El problema es que no hayan diseñado un esquema para repartirlos sin provocar aglomeraciones.
Los Créditos Solidarios no tienen gran problema, se depositan en la cuenta de banco de la empresa que los haya solicitado. Pero en el caso de los Créditos a la Palabra, sus beneficiarios tendrán que ir al banco a recoger una tarjeta, y después harán otra fila para retirar el dinero en cuanto se los hayan depositado.
Algo similar sucede con estos créditos del Issste, o peor diría yo. Esta semana han comenzado a citar en sus oficinas a los posibles beneficiario, en grupos de 50 personas por día, para informarles cómo funciona el esquema e invitarlos a participar en uno de los 14 sorteos que se llevarán a cabo para su asignación.
Son 50 personas hacinadas en un horario de oficina y en un solo lugar, personas que, en su mayoría, viajaron en autobús para trasladarse y que no necesariamente han podido permanecer en casa por la contingencia.
Pero los más afectados son los trabajadores, quienes diario atenderán a estas 50 personas más las que lleguen a las oficinas a realizar otros trámites.
Es una irresponsabilidad, por decir lo menos, exponer no solo al personal de la dependencia sino a los derechohabientes, muchos de ellos pensionados en edades vulnerables de contagio.
No hay nada que los empleados puedan hacer para quejarse, es el propio gobierno Federal el que todos los días nos pide quedarnos en casa, el que los obliga a trabajar en esas condiciones.
Esperen pronto el primer contagio entre sus trabajadores, ojalá no aprendan a la mala.
