20 de Abril del 2024

Los poblanos no entienden

Por Viridiana Lozano / /

Guiapara interior viri

Los poblanos no entienden. El 30 de abril hicieron largas filas en los restaurantes de comida chatarra para obtener una mesa y celebrar el Día del Niño, salieron de compras al super mercado en familia, atiborraron estacionamientos y otros caminaron por las calles del Centro Histórico como si fuera una hazaña que ahora esté sin autos y casi sin negocios abiertos.

El fin de semana salieron a las calles en sus autos, tal vez a visitar a la familia, ocuparon las bancas del Paseo Bravo, fueron a Los Fuertes y muchos más ocuparon mesas en los restaurantes que pese a la restricción aún ofrecen servicio.

Se colocaron tianguis en la Rivera Anaya, la policía atendió reportes de fiestas en Momoxpan y hasta jugaron torneos de futbol.

Mientras eso pasaba se sumaban 131 nuevos infectados en Puebla, el viernes por la mañana eran 676 los contagiados y para la noche del domingo ya teníamos 807, según el reporte del gobierno federal.

Ya se han ocupado casi el 20% de las camas disponibles para terapia intensiva, de acuerdo con los datos de la Secretaría de Salud de la Federación, y los hospitales privados han saturado sus áreas de Terapia Intensiva, el Hospital Ángeles ha anunciado formalmente que por el momento no recibirá más pacientes con Covid-19.

Todo mientras muchos salieron a las calles y ni siquiera porque necesiten trabajar, nada más porque no soportan estar encerrados en sus casas, porque creen que no se contagiarán, o peor, porque piensan que no existe el virus.

El gobierno de Puebla sabe que aludir a la buena voluntad no sirve, se les pidió usar cubrebocas para salir y mantenerse en sus casas y no lo han hecho. Entonces este fin de semana comenzaron a endurecer las medidas y decretaron que nadie podrá subir a RUTA sino portan su cubrebocas.

La medida que más ha causado polémica es el decreto para prohibir a cualquier negocio de alimentos que dé servicio en mesas, lo hacen justo antes de que, como sucedió con el Día del Niño, se llenen los pocos lugares abiertos el 10 de mayo.

Fue una medida muy dura para los restauranteros que seguían soportando con apenas algunas mesas que atender, no todos están dados de alta en plataformas para servicio a domicilio ni tienen la infraestructura para operarlo.

Por supuesto, tampoco tienen en este momento recursos para invertir en ello, analizan ahora sí cerrar sus puertas hasta que pase la pandemia porque la multa por desacato es altísima, más de un millón 300 mil pesos.

La falta de voluntad para el auto confinamiento, de que las personas decidan auto aislarse y evitar actividades recreativas, sigue afectando el sector económico porque si más hubieran hecho caso para salir a lo indispensable y respetar la sana distancia, no tendrían que haber cerrado el Centro Histórico ni los parques ni ahora los restaurantes.

Estamos en Fase 3, los casos crecen ya de forma exponencial y con la saturación de los servicios de salud vendrá lo peor de la pandemia.

Cuando, ojalá no les pase, estén enfermos esperando un diagnóstico o estén afuera de un hospital reclamando informes de algún familiar, recuerden estos días en los que pensaron que no pasaría nada y decidieron salir.

Puebla GOb

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