23 de Abril del 2024

El próximo consejero de la CDH Puebla: un violento prepotente

Por Viridiana Lozano / /

Guiapara interior viri

El 3 de abril de 2017, Jesús Muñoz Castellanos me roció con gas pimienta en la cara. Todo porque le toqué el claxon ya que venía circulando en sentido contrario sobre la 5 Oriente. No soportó el reclamo ni aceptó que había cometido un error.

Me alcanzó en su auto y me intentó amedrentar como puede verse en el video que he publicado desde el viernes en mis redes sociales.

Me dijo “señora” como si fuera una palabra despectiva y cuando me le emparejé sucedió la agresión. Lo vi irse sobre la 24 sur y yo entré a mi oficina, que está en la Plaza del Sol para enjuagarme.  

 

 

Ese día publicamos una nota en Periódico Central y decidí no utilizar mi nombre porque lo importante era que había un hombre con gas pimienta en su auto, dispuesto a utilizarlo a la menor provocación, y no que la agresión fuera en mi contra, como periodista o como mujer.

Pero la situación empeoró conforme pasaron las horas. Muñoz Castellanos estuvo mandando mensajes vía Facebook a la redacción para exigir que se despublicara la nota y amenazó con presentar una demanda civil.

No la despublicamos, le dimos su derecho de réplica como lo establece la ley, a pesar de que yo sabía que era verdad. Al día siguiente, su mamá, Cristina Castellanos se presentó a medio día con su hijo en mi redacción con la misma exigencia: despublicar la nota.

No solo eso, hizo tráfico de influencias porque dijo que trabajaba en el Poder Judicial y que ya me habían identificado y habían incluso enviado a un ministerial a detenerme. Y dijo, textualmente —porque así quedó asentado en la denuncia—, que así como yo había evidenciado a su hijo ella me iba a “arrastrar”, todo eso con el hoy candidato a Derechos Humanos sentado a su lado.

También, por supuesto, me culparon de la agresión y aseguraron que lo que me había rociado su hijo era desodorante.

Ante las amenazas tuve que acudir a la Fiscalía General del Estado (FGE) y seguí resguardando mi identidad, esta vez por miedo a Jesús Muñoz, y es que después de la publicación de la nota y su fotografía recibí decenas de mensajes de personas que lo identificaban como alguien por lo menos violento.

Cambié mi auto con mi esposo durante una semana, porque tanto él como su mamá sabían que yo tenía un Ibiza azul y lo habían ya visto en el estacionamiento de Plaza.

La denuncia quedó asentada en el expediente CDI-5040/2017/ZC, pero como sucede en miles de ocasiones se quedó archivada.  

El viernes me enteré con sorpresa de que justamente Jesús Muñoz Castellanos era finalista para integrar el Consejo Consultivo de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Puebla. No solo eso, sino que además obtuvo la mayor calificación entre los aspirantes.

Claro que me pareció increíble que alguien tan prepotente y violento se vaya a convertir, porque seguramente así será, en uno de los paladines de los Derechos Humanos en Puebla.

Los legisladores tienen hasta el 14 de septiembre para ratificar su decisión y esto, que me sucedió a mí, deja muestra por lo menos de que algo en el proceso de selección está fallando y que pudieran dejar dentro de este cargo a una persona que, al menos en ese momento, perdió el control, me amedrentó, me lesionó físicamente y luego fue a amenazarme a su trabajo.

Nunca pensó en mí como una víctima y validó que su mamá quisiera “arrastrarme” para vengarse.

Ahí tienen a su próximo consejero.

Jesús Muñoz Castellanos fiscalia

 

Puebla GOb

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