Si de algo no se puede culpar al gobernador Miguel Barbosa es de haber dejado pasar en impunidad a los exfuncionarios que, en campaña, acusó de corruptos.
Más de 160 denuncias ha presentado su gobierno contra notarios, operadores electorales, beneficiarios de títulos académicos y exfuncionarios de primer nivel por la llamada “partida secreta”.
Pero siempre queda un colado, alguien que ha logrado pasar desapercibido y que se encumbró en el morenovallismo.
Se trata del director de Mercadotecnia y Ventas de Convenciones y Parques, Mario Casas, quien es por llamarlo así, un infiltrado en la 4T.
El morenovallista ya había armado una lista de proveedores a conveniencia para la Feria de Puebla de este año, pero la pandemia le tiró sus planes, aunque no del todo, puesto que ha aprovechado la crisis económica para pedir moches aún más altos por los mejores lugares en la Feria y por los empresarios que operarán renta de mobiliario, seguridad privada, los artistas que se presentarán, en fin, un sin número de servicios.
Así, pese a la pandemia, Casas sostiene reuniones semanales con sus proveedores quienes hartos se han comunicado con este medio de comunicación para dar pruebas de sus negocios. Y cuidado, porque en una de esas hasta audios tienen.
El titular de esta área de gobierno es Mauricio Cacho, pero a todos les presume que lo controla y que tiene sus mañas para vender a los “mejores proveedores”.
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El coronavirus no ha podido detener el arranque del proceso electoral y ya varios aspirantes a candidatos han comenzado a recorrer las calles para sumar adeptos.
Entre ellos está la panista Denisse Ortíz, otra que logró llegar a la 4T pese a su pasado en Acción Nacional. Denisse ocupa hoy su cargo en el DIF del estado para regalar despensas y apoyos en el Distrito 11, pues pretende la postulación a la diputación local.
