Por fin el gobernador de Puebla, Miguel Barbosa se dio cuenta que colocar a Julio Glockner en su gabinete, como la cuota de la izquierda, no fue buena idea.
En el recuento del desempeño de las dependencias, a cinco meses del inicio de su gobierno, le ha dado datos certeros al gobernador de que la Secretaría de Cultura es la más rezagada.
Lo único relevante, o más bien, polémico que ha hecho Glockner fue llevar a la lucha libre afuera del Museo Internacional Barraco, pero como se esperaba resultó un fracaso.
El MIB, la gran obra morenovallista, no creció en afluencia de visitantes y el Secretario de Cultura tampoco pudo presentar ante el gobierno un proyecto sólido sobre qué hacer con ella.
El hartazgo de Barbosa ante la ineficiencia de Glockner se hizo evidente este 29 de enero.
Una reportera intentó preguntarle a Barbosa su opinión sobre cuál era el pronunciamiento de la UNESCO y del INAH para el traslado de la Estrella de Puebla a la zona de San Francisco.
Quería decirle que sobre eso había comentado algo en su comparecencia el secretario de Cultura, Julio Glockner.
Pero Barbosa no dejó ni que terminara la pregunta, en cuanto escuchó el nombre de Julio Glockner, estalló.
“Pues no es cierto, punto, se lo dice el gobernador al secretario Glockner de acuerdo. Y si algo le incomoda al secretario Glockner de esto que digo que renuncie, vale, punto, así te respondo”.
Desde que asumió la gubernatura, Barbosa nunca ha ocultado cuando ya no aguanta a alguno de sus secretarios, así pasó con el de Infraestructura, Heliodoro Luna, a quien acusó incluso de filtrar información a los medios sobre su propia salida y otros datos del gobierno.
Es evidente: los días de Glockner están contados.
