En Puebla ya hay aire electoral, la pandemia de coronavirus no detendrá las campañas, incluso, parece que la crisis económica aviva la pelea por un cargo que les asegure sueldo por al menos tres y hasta seis años.
Antes de la pandemia, mucho antes, porque parece que Morena aprendió la elección de la derrota electoral de 2018, Erik Cotoñeto empezó, cual Zavala en su época, a construir estructura electoral.
No le tiene miedo a la covid-19. Este domingo vistió el municipio de Huauchiango. Él se presenta como el operador electoral del gobernador Miguel Barbosa. Ofrece programas de ayuda y apoyo a los grupos vulnerables.
La pandemia, es más, le ha servido de discurso.
Que conste que es él quien presume que es el operador del mandatario estatal, como se diría en su momento, el primer morenista del estado. Pero algunos dudan si no, en realidad, navega con esa bandera para formar una estructura para sí mismo.
A la redacción de este periódico llegó la fotografía de la reunión que tuvo el 2 de agosto con políticos y operadores de diferentes partidos políticos, eso sí, sin cubrebocas, ni sana distancia, muy abrazados todos.
Aquí les dejo la foto, con el riesgo de que pueda salir en Covidiotas.
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En el PAN también empiezan ya a moverse los actores políticos que están seguros contendrán por una diputación federal.
El partido ha decidido que estas posiciones serán entregadas a través del método de la encuesta. Pero aún sin que ésta se realice, ya suenan los nombres de quienes encabezarán los distritos federales que corresponden a la capital del Estado.
Así que la encuesta será dedazo.
La diputada local Mónica Della Vecchia iría por el distrito XII; el ex gobernador Tony Gali por el distrito VI; Pili Morán por el IX; y el distrito XI está reservado como premio de consolación para quien quede fuera de la postulación por la presidencia municipal de Puebla.
Ya sea Oswaldo Jiménez o Eduardo Rivera
