19 de Abril del 2024

Masacre en Chignahuapan; ¿error táctico o fuego amigo?

Por Edmundo Velázquez / /

CUENTA HASTA DIEZ

De verdad que no hay que ser un erudito ni un gran sabio o un especialista en temas de seguridad pública para saber que algo pasa en la Fiscalía General del Estado.

En menos de una semana, dos escándalos provocaron que el despacho de Gilberto Higuera Bernal fuera el centro de las miradas.

Primero, un grave caso de maltrato infantil, el de la niña Yaz, como se le llamó para proteger su identidad, aunque ya fue revelada completa gracias a filtraciones de la misma Fiscalía.

Yaz y su hermana vivían simplemente a merced de lo que los adultos quisieran hacerles. Su hermana falleció en condiciones extrañas por una supuesta broncoaspiración en junio del 2020, y jamás se cuestionó si era víctima de violencia doméstica. Yaz llegó el 20 de agosto al hospital de La Margarita del IMSS con un pulmón colapsado y con una hemorragia interna. Y por si fuera poco, con la sospecha de haber sido víctima de abuso sexual.

En fast track, la Fiscalía detuvo a la madre y al padre de las niñas, sin cuestionarse si la propia madre también sería víctima de violencia. Vaya, sin investigar con todas las especificaciones que dicta la perspectiva de género. Tampoco se revisó que el Juzgado Cuarto de lo Civil había entregado la custodia provisional al padre desde el mes de septiembre del 2019.

Se integró el caso con una velocidad sorprendente, pero hasta la fecha se desconoce qué papel jugaron el padre y la madre, porque la Fiscalía simplemente detuvo a ambos.

El segundo caso que le reventó en la misma semana al Fiscal Higuera fue la masacre de los agentes ministeriales en Terrerillos, Chignahuapan.

Por lo menos seis agentes resultaron heridos en una emboscada en una de las zonas más complicadas de la sierra norte, por su cercanía con Hidalgo y la falta de caminos o el nulo acceso de telefonía celular.

Un jefe de grupo murió en el lugar y otro agente más falleció momentos después de acuerdo a lo declarado por Ofir Picazo Garrido, director de la Policía Municipal de Chignahuapan. Por lo menos seis agentes resultaron heridos en total

Hay varios puntos que simplemente no encajan. El operativo fue terriblemente planeado, dicen, por un titular que ni siquiera es poblano, que proviene de la Fiscalía General de la República, quien prácticamente mandó al matadero a los agentes.

¿Quién manda a los agentes de tres distintos grupos foráneos a una zona tan complicada y totalmente desconocida para ellos?

Los agentes enviados a la zona, para un cateo de supuestas propiedades en donde podrían encontrarse grupos peligrosos dedicados al huachicol, provenían de El Seco, Acatlán y Tehuacán.

Desconocían totalmente la zona que es agreste y complicada.

¿Fue plan con maña? ¿Querían deshacerse de los agentes? ¿Con alguien querían quedar bien?

Porque también existe un hecho básico. El estado de fuerza de los ministeriales era mucho menor del grupo delictivo que ya los esperaba.

Los delincuentes que los atacaron sabían perfectamente la hora en la que llegarían los uniformados. Durante la madrugada del viernes 28 los esperaron en un punto donde el ataque fue sencillo para ellos como locales.

Tan perdidos estuvieron los agentes ministeriales que les tomó una hora y media localizar servicios de emergencia, y una zona de la que pudieran llamar porque en el punto del ataque simplemente no había señal de telefonía celular.

Insisto, fue un error táctico o fuego amigo de quien planeó esto.

¿Van a seguir los graves errores de la gente de Higuera?

Total, lo que se sacrificó fueron agentes poblanos. El Fiscal Higuera ni poblano es, no le importará cómo será recordado a su paso por la Fiscalía de Puebla.

¿Seguiremos criminalizando a las mujeres que son víctimas de feminicidio, como ocurrió con el apurado carpetazo al caso de Angie Michelle (que ya requerirá otra columna en específico)?

¿Seguiremos esperando a que nos sorprenda el olvido y la violencia en la que viven algunos niños?

¿Será tiempo de que se vayan tomando decisiones desde el Congreso Local y Casa Aguayo?

¿O esperamos casos más cruentos y masacres aún más numerosas?

Puebla GOb

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