Anoche conocí el caso de Yaz.
Hablaba con Frida Guerrera sobre esta niña de 7 años, víctima de un abuso consecutivo.
Llegó con un pulmón colapsado, con una hemorragia interna y ahora se encuentra en terapia intensiva del Hospital La Margarita, en Puebla.
Y con el caso de Yaz volvió a parecerme increíble que la naturaleza humana, la vileza del hombre, la falta de cordura, la carencia de amor, siempre me va a provocar sorpresa.
¿Qué clase de persona…? ¿Qué clase de padre, de madre podrían permitirse hacerle eso a un hijo? ¿Qué tipo de bestias podrían ser los generadores de tal abuso?
Un abuso consecutivo que llevó a una niña a sus siete años a conocer el hospital y pedirles a los médicos que la dejaran morir porque no quería volver a casa.
El parte médico de Yaz se dio a conocer ayer en la noche.
¿Y qué va a pasar después?
La madre y su tío, el probable responsable de abuso físico y sexual, no están tras las rejas. Quizá ni están buscándolos.
El viernes 21 de agosto la niña ingresó muy delicada por segunda ocasión en el año, y después fue abandonada por su mamá.
El alma se estruja solo de ver su pequeño rostro, finito pequeño y delicado.
Yaz está en terapia intensiva.
Perdió un pulmón tras una golpiza. Lesiones como esas apenas y las sortea un adulto.
¿Qué va a ser de una niñita como Yaz?
¿Qué será de la justicia para una niña cuya familia no la ha procurado?
¿Qué harán las autoridades?
El espacio de esta columna originalmente sería para el festejo de un año más de PÁGINA NEGRA.
Llevamos cuatro años y contando. Pero después del caso de Yaz, entre la pandemia del covid-19, entre las emergencias, las noticias diarias de fallecimientos y contagios y toda esta crisis que arrastramos, hay pocas cosas que celebrar.
Dicen por ahí que la noticia no descansa. Y llevamos ya cuatro años de historias que nos dejan rotos. Casi todos los días.
En cuatro años tenemos ya un largo historial de casos. Familias que sufren la pérdida de una de sus hijas, enfrentamientos de bandas delictivas que han convertido las calles de Puebla en su trinchera, cuerpos que abandonan en parques donde antes jugaban los niños.
Creo que lo digo cada año que hablo del nacimiento de PÁGINA NEGRA, cuando se proyectaba generar una sección para temas de seguridad pública y justicia porque la criminalidad parecía incrementar año con año. y en Periódico CENTRAL pensábamos que las cosas iban a poner feas.
Lo cierto es que no pensamos que fueran a llegar a estos límites. A sobrepasar lo retorcido de la mente humana.
Cumplimos cuatro años de historias, muchas de ellas rotas, muchas de ellas sin final o sin un final feliz. La realidad es más cruda de lo que esperábamos hace cuatro años.
Aún así, con un poco de pesimismo impregnado en esta columna, tengo que agradecer a todos los que hacen posible PÁGINA NEGRA todos los días. A todo el equipo de Periódico CENTRAL, reporteros, editores, colaboradores, diseñadores, editores de video, community managers, administrativos, Consejo Editorial y todos aquellos que nos echan porras, nos aguantan el humor pésimo, las horas perdidas en algún pueblo huachicolero y los días enteros atados al escritorio.
Todos aquellos que se la han rifado incluso en medio de la pandemia y no han abandonado sus puestos. Muchas, muchas gracias.
Y sobre todo muchas gracias a los lectores, la gente que sigue confiando en PÁGINA NEGRA como uno de los sitios para informarse sobre los temas menos agradables del día.
Yo sé, son malas noticias las que publicamos usualmente. Pero alguien las tiene que informar.
Gracias totales.
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Por cierto, no se pierda la transmisión que vamos a realizar este día por el aniversario de PÁGINA NEGRA a través del Facebook y otras redes sociales a las 8:00 de la noche.
Nos acompaña la periodista y activista, Frida Guerrera, precisamente para profundizar en el caso de Yaz, y para hablar sobre la emergencia nacional que representa la violencia de género en el país.
