Tragedias

El humor negro amortigua la crudeza de la imagen: La receta de Alarma!

- Foto: Especial

El 19 de marzo del 2014, un mes después del cierre de la mítica revista de nota roja, Alarma!, murió Miguel Ángel Rodríguez Vásquez; un año antes, Eloy Rodríguez colaborador de Página Negra, tuvo la fortuna de entrevistarlo y escuchar de viva voz cuál fue el secreto del semanario para relatar historias de la manera más cruda, y atractiva.

Por Eloy Rodríguez Linares/@linares_eloy

/ Puebla, Pue

Sin la revista Alarma! es imposible entender la historia de la nota roja en México, sus encabezados y fotografías de impacto obedecieron a una época en la que los medios de comunicación utilizaban el morbo como principal apoyo para su venta. Esa misma fuerza que llegó a alcanzar provocó que cayeran desde lo más alto cuando las grandes cadenas periodísticas comenzaron a sucumbir ante el internet. En febrero de 2014, la revista dejó de circular. Un mes después, su último editor, Miguel Ángel Rodríguez, murió de un fulminante ataque al corazón cuando caminaba por el metro Balderas.

El 2 de marzo de 2013,  Miguel Ángel Rodríguez Vásquez, director de la revista El Nuevo Alarma!, nos habló sobre la evolución del contenido de la información que la fuente de seguridad comunica, a partir de la violencia que producen la presencia del crimen organizado en el país.

Miguel Ángel Rodríguez señaló que resulta más escalofriante redactar una nota periodística que describa los detalles de un cuerpo mutilado a escribir sobre un padre que lo acusan de violar a sus hijas.

Durante la década de los años 60´s del siglo anterior, detalló Miguel Ángel Rodríguez, los personajes recurrentes de la revista Alarma! eran el delincuente, violador o el que vendía mota.

Debido a la violencia que exhiben los narcotraficantes, en su afán de demostrar poder y ganar plazas, matan cada vez con más saña e incluso con ese humor negro que todos tenemos: dejando mensajes, muertos con un sombrero o con cabezas de puerco. La violencia crece, cambia y nosotros como medios nos vamos adaptando poco a poco a lo que va surgiendo”, especificó Miguel Ángel Rodríguez.

El director de la revista El nuevo Alarma! explicó que su publicación no se dirige solamente para un público de clase baja, porque el tipo de lenguaje que usan para redactar su contenido refleja la forma como los mexicanos nos comunicamos en la vida cotidiana.

En México se creó un estilo de acompañar el texto de nota roja con encabezados de humor negro, para amortiguar un poco el impacto de las foto, con el fin de nivelar el drama del acontecimiento”, agregó Miguel Ángel Rodríguez.

Las cosas como son

Miguel Ángel Rodríguez Vázquez inició su carrera en el periodismo a la edad de 17 años, en la sala de redacción de la revista Alarma!, se desempeñó como mensajero,  redactor de notas periodísticas, fotógrafo, y antes de estar al frente de El Nuevo Alarma!, en 1995 fue el asistente de Daniel Barragán Beltrán, uno de los directores que tuvo la publicación.

En el año de 1986 la revista Alarma!  dejó de circular porque el gobierno la calificó como una publicación pornográfica a pesar de que su contenido no incluía desnudos femeninos o masculino, y fue hasta el año de 1991 cuando volvió a salir a la venta con el nombre de El Nuevo Alarma! En su nueva época, algunos  de sus números registraron un tiraje de 200 mil ejemplares.

La revista Alarma! se fundó en abril de 1963, su primer director fue Carlos Samayoa Lizárraga, uno de los casos que estremeció a sus lectores fue cuando narraron los crímenes de las hermanas Delfina, María de Jesús y Luisa González Valenzuela, mejor conocidas como “Las Poquianchis”, que estaban a cargo de varios centros de prostitución en los estados de Jalisco y Guanajuato.

El niño genio

Los sucesos que captaron la cámara de Enrique Metinides Tsironides para el periódico la  Prensa, hace más de 50 años, no se comparan con la violencia que muestran los narcotraficantes para ejecutar a sus rivales, explicó el director de la revista El nuevo Alarma!, Miguel Ángel Rodríguez Vásquez.

El escritor J.M. Serví se preguntó en la entrevista que le realizó a Metinides, El luto como espectáculo (2001) “¿Qué sociedad vería con buenos ojos a un niño de doce años tomando fotos de un decapitado en la plancha de la morgue y de la vida en las comisarías?” Sin duda, la mexicana, se responde, porque: “El luto como evento social es parte de la cultura de este país. Como infierno clonado en cada barrio, la ciudad de México tenía que ser, por fuerza, el lugar ideal para que un niño  convirtiera su morbosa afición en profesión”.

Metinides le explicó a Servín que tuvo la fortuna de conocer a Antonio Velázquez El Indio, personaje que lo conectó en el ambiente periodístico, y de quien aprendió diversos aspectos del fotoperiodismo. Asimismo, tuvo la dicha de frecuentar al fotógrafo Adrián Devars, que solía retratar a vedettes para revistas de espectáculos.

Podría decirse que era un fotógrafo de estudio dentro de la enorme morgue del Hospital Juárez, Devars bañaba a los cadáveres que iba a retratar, los peinaba, los arreglaba, les ponía a veces algo de ropa. Les ponía, me acuerdo, un mosaico en el cráneo para que levantaran la cabeza; los acomodaba a su gusto. Todos los empleados del forense veían cómo los arreglaba para que no salieran tan feos en las fotos. Era de veras un espectáculo ver a ese Adrián Devars” (Servín, 2001 p.p.30-31).

El trabajo de Metinides no solo es relevante por su archivo fotográfico, es necesario recordar que gracias a él se inventó una lista de 65 claves radiofónicas para el servicio de rescate que brinda la Cruz Roja, explica Servín, además de que creo la sala de prensa en los hospitales de la Cruz Roja.

Servín confiesa que sus fotografías preferidas de Metinides son las que capturó desde las alturas, la de tipos que han “saltado al vacío y cuyo viaje vertiginoso al infierno fue interrumpido –momentáneamente- por la férrea aduana del pavimento” (p.34).

(…) En la séptima tomé mi primera foto de un cadáver: un degollado por el ferrocarril que pasaba por Nonalco. El encargado del anfiteatro pasó con la cabeza… Claro, yo admiraba a Pedro Infante y he visto muchas veces Los olvidados, pero así que digas soy un conocedor de cine y un morboso, no, no lo creo. A mí me interesaba el drama de la vida, no la sangre” (Servín,  2001, p.31).

Por otra parte, Servín señala que podrán acusar a Metinides por violar normas elementales del periodismo de seguridad, pero recuerda que algunos que lanzan tal condena por lo general son quienes “se aprovechan de la corrosión del país”.

Imágenes que alarman

En relación al contenido de las imágenes que publican, el director de la revista El nuevo Alarma! señaló estar consciente de que pueden dañar la sensibilidad de la personas que han perdido a un familiar en estos tipos de crímenes, pero al estar al frente de un medio de comunicación, no tiene más opción que difundir esas fotos con el propósito de presionar a las autoridades.

Asimismo, Miguel Ángel Rodríguez indicó que no pueden acusarlos de generar miedo colectivo entre la ciudadanía porque el contenido que ofrecen se basa en acontecimientos reales que no necesitan de un sólo retoque para resaltar su crueldad.

No estoy de acuerdo en que se nos señale de generar psicosis entre la población en el tema de la violencia, porque si hay 19 muertos ni modo que los tapemos y digamos que son menos, porque si no publicamos los hechos tal cual, las autoridades no van actuar conforme a lo que está ocurriendo”, enfatizó Miguel Ángel Rodríguez.

Por otra parte, explicó el director de la revista El nuevo Alarma! que no pueden acusarlo de violar los derechos humanos de los presuntos culpables por publicar fotos de su rostro completo porque notifican a partir de los datos que les proporcionan los boletines de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal. Por tal motivo, señaló que a quienes deberían de incriminar es a la autoridad judicial por brindar información de los implicados sin antes comprobar su inocencia.

Desde un principio es responsabilidad de las autoridades, porque la Procuraduría nos presenta en cada boletín a un presunto delincuente bajo el argumento de que fueron capturados en flagrancia para no violar sus derechos, publican su imagen y nombre por si existen más víctimas que puedan denunciarlo”, puntualizó Miguel Ángel Rodríguez. 

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