Un niño de 18 meses de edad murió al ingerir frituras que tenían raticida y, se supone, eran una trampa para atrapar roedores.
Los hechos ocurrieron el fin de semana en el municipio de San Martín Texmelucan. Cuando los padres se dieron cuenta de lo ocurrido, de inmediato trasladaron al bebé a un hospital particular pero ya no había nada qué hacer.
El padre del menor explicó que rociaron raticida a varios Cheetos y los esparcieron por el patio de su casa, esto como una forma de terminar con la plaga de ratas que tenían; sin embargo, en un descuido, su hijo vio las frituras en el piso, las levantó y se las comió.