Elementos de la Policía Estatal desmantelaron un taller clandestino de armas de fuego gracias a la detención de Raúl Flores Cordero, quien la noche del martes, 28 de marzo de 1989, amenazaba con una escopeta a los clientes del bar “42” de la ciudad de Puebla.
Aquella noche, informó el periódico La Voz de Puebla, agentes de la seguridad pública recibieron un reporte de auxilio y se trasladaron a un bar ubicado en la Avenida 42 Poniente. Al llegar al establecimiento, se encontraron con un sujeto que bajo los influjos de bebidas embriagantes, insultaba y amenazaba con una escopeta hechiza a los parroquianos del lugar.
Los gendarmes desarmaron a Raúl Flores y lo trasladaron a las instalaciones de la Dirección de la Policía Estatal, sitio en donde declaró que trabajaba como policía del estado de Tlaxcala. Además, explicó que usaba su uniforme para cometer asaltos en la vía pública y robos en casas habitación de la ciudad de Puebla.
Después de un largo interrogatorio, el detenido confesó que la escopeta la había comprado a un amigo de nombre Gerardo Saúl Reyes García, quien se dedicaba a fabricar de manera artesanal armas de fuego en su taller que se ubicaba en la colonia San Miguel Hueyotlipan, entre las calles 36 Poniente y 17 Norte.
Al día siguiente, en un operativo que llevaron a cabo policías estatales, lograron la detención Gerardo Saúl Reyes, quien explicó a las autoridades que vendía las armas a delincuentes de la zona y a clientes particulares. Su cómplice logró darse a la fuga. Los agentes de la seguridad pública encontraron dentro del taller: escopetas recortadas, cañones de rifles, pistolas y municiones de distintos calibres. Los sujetos arrestados fueron puestos a disposición de las autoridades federales, para que los juzgarán bajo la Ley de Armas de Fuego y Explosivos.