Delincuencia

Cura poblano asesinado en CDMX tenía tres hijos; “nos han dejado desamparados”, dice Patricia, su pareja

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El Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México ordenó como reparación del daño solamente el pago de los gastos de hospitalización del párroco que sobrepasan los 300 mil pesos así como 30 mil pesos por el pago de los servicios funerarios, pero no contempló a la familia que dejó el párroco.

Por Edmundo Velázquez / @mundovelazquez

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Patricia León Acosta, fue más de 25 años pareja del párroco poblano José Miguel Machorro Alcántara quien murió tras ser atacado el 15 de mayo del 2017 al interior de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México a manos de Juan René N., un hombre que padece de sus facultades mentales y que fue sentenciado a ocho años de internamiento psiquiátrico; sin embargo, a Patricia y a los tres hijos que tuvo con el párroco, el castigo que recibió Juan René N. no es suficiente y la reparación del daño no ha llegado a ellos.

Como PÁGINA NEGRA informó, el cura Miguel Ángel Machorro, originario de Xochitlán de Vicente Suárez, Puebla, permaneció hospitalizado cerca de tres meses, su atacante fue detenido, pero el 3 de agosto del 2017 falleció cuando le fue diagnosticada la muerte cerebral.

Patricia aseguró en entrevista con PÁGINA NEGRA, que tras el asesinato del párroco, desde la Iglesia Católica le recomendaron guardar silencio sobre la familia que formó con José Miguel Machorro mientras esperaba por la reparación del daño, pero a más de dos años de su asesinato, sus tres hijos ni ella han recibido la indemnización.

“No hablé antes porque me preocupaba el qué dirán. Y porque sabemos que la Iglesia es muy fuerte. Claro que sabían de mi existencia, sabían de los tres hijos. Todos vivíamos en la casa parroquial pero ahora tenemos miedo porque nos hemos quedado en el desamparo”.

Patricia y el párroco José Miguel Machorro tuvieron tres hijos, de los cuales solamente uno es menor de edad pero sufre trastorno de déficit de atención. Patricia considera que, como resulta incómoda para la Iglesia Católica la figura de una concubina de un párroco, buscan ignorarla y hacer como si no existiera.

“Pero ahora me tiene preocupada que mis hijos no tengan cómo salir adelante. Nos sacaron de la casa parroquial y yo me mudé. Solamente nos quedamos con dos carros de los cuales ni los documentos nos quisieron dar. Estaban a nombre de mi marido pero pues no podemos venderlos porque no tenemos los documentos”.

Una reparación del daño que no llega

El 21 de noviembre del 2018, Juan René N., quien apuñaló el 15 de mayo de 2017 al sacerdote Miguel Ángel Machorro al interior de la Catedral Metropolitana fue sentenciado a ocho años de tratamiento psiquiátrico en internamiento.

La determinación se realizó en audiencia de individualización de sanciones y reparación del daño, en el que un Tribunal de Enjuiciamiento, el cual emitió fallo condenatorio en contra del imputado. Pero, para ese entonces no se determinó una reparación del daño.

La familia del párroco solicitó información al respecto al Tribunal Superior de Justicia en la Ciudad de México y el 19 de junio del 2019 les informaron que respecto a la reparación del daño tienen que pagarse 377 mil 450 pesos por el concepto de hospitalización y honorarios médicos así como 30 mil pesos por gastos funerarios “los cuales una vez que se recaben serán entregados a quien acredite tener derecho a ello”.

Esta reparación del daño deja fuera totalmente a la familia de Patricia a la reparación del daño a pesar de que legalmente cuenta con un acta de concubinato que la acreditaba como pareja formal del párroco José Miguel Machorro además de que sus tres hijos fueron registrados formalmente por él. Copia del acta de concubinato entre el párroco y patricia obra en poder de este portal informativo.

“Pues no sabemos qué hacer. No sé si vamos a tener algún apoyo. Como le digo, con la Iglesia no cuento. Y pues tuve que mudarme a una zona donde no me conocen porque temíamos por nuestra vida”, comento Patricia en entrevista telefónica.

Actualmente la pareja del párroco se mantienen resguardada en un municipio de Puebla que prefirió no compartir por temor a represalias ya que teme que algunos miembros de las Iglesia Católica la ataquen por haber sostenido una relación sentimental con el párroco José Miguel Machorro. 

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