Una ola de robos realizados por bandas delictivas con la ayuda de choferes de taxi se han multiplicado en la ciudad de Puebla; por lo menos cuatro se han realizado de la misma manera en menos en un mes y todos, los usuarios son secuestrados hasta que entregan la información de sus cuentas bancarias y las claves de su teléfono celular.
Además de estos dos casos denunciados a las redes sociales de PÁGINA NEGRA, por lo menos ha dos robos similares más casos más que ocurrieron en el último mes con el mismo modus operandi.
En todos los casos, los ladrones buscan que sus víctimas sean jóvenes que acuden a fiestas o bares y los atracan aprovechando que los superan en número, a todos los secuestran por espacio de una hora y en caso de que no entreguen la información u objetos que les exijan son torturados.
Según los testimonios de víctimas a los que tuvo acceso este portal informativo en todos los casos el taxista está coludido; toman el servicio en alguna zona céntrica de la ciudad de Puebla, ya sea, La Paz o el Centro Histórico o el bulevar Héroes del 5 de Mayo.
Las víctimas en su mayoría son usuarios de bares que toman un automóvil tipo Tsuru. En un punto el chofer los conduce por una ruta que él asegura será más rápida y después se detiene para que la banda suba a la unidad. Las víctima detallan que el chofer suele ser joven, delgado, moreno, de cabello ondulado o rizado.
El caso más reciente es del de dos jóvenes que salieron del antro “El Tigre” en la avenida Juárez de la capital poblana y fueron asaltado a la altura del bulevar 5 de Mayo.
El taxista se detuvo y en ese momento se suben tres tipos y los someten. El chofer les dijo: 'si cooperan les va a ir chido', quitándoles sus pertenencias y obligándolos a dar el NIP de sus tarjetas de crédito, relató el familiar de uno de los dos muchachos asaltados. Después fueron abandonados por el taxista y la banda.
Esto ocurrió el sábado 27 de julio por la madrugada, el mismo día que tres muchachos denunciaron hechos similares ante la Fiscalía General del Estado. De la misma manera, el taxista y la banda los secuestraron y debido a que se negaron a dar sus números NIP de sus tarjetas, comenzaron a torturarlos fracturándoles los dedos.
Regresábamos cada uno para su respectivo hogar cuando a la altura del puente del Atoyac sobre la recta el chofer se orilló y nos abordaron tres sujetos con armas de fuego. Nos privaron de la libertad despojándonos con violencia de nuestras pertenencias. Nos torturaron fracturándonos dedos para dar las contraseñas de nuestros teléfonos y tarjetas bancarias, nos golpearon, enterraban los dedos en los ojos y nos pegaban constante mente en la cabeza, nos hacían bajar la mirada y hablar con los ojos cerrados.