Delincuencia

Familia denuncia complicidad de ambulantes y delincuentes para robar en San Baltazar Campeche

- Foto: Especial

La familia afectada dejó su auto estacionado frente a la presidencia de San Baltazar Campeche, junta auxiliar de la capital poblana, donde a plena luz del día y a la vista de los ambulantes y otros trabajadores, les robaron la batería y el estéreo de su auto y hasta chamarras y sombrillas

Por Magarely Hernández / @magarelyhl

/ Puebla, Puebla

Una familia poblana fue objeto de la delincuencia la tarde del viernes 5 de julio en San Baltazar Campeche, cuando un supuesto vendedor de gelatinas se “ofreció” a acompañarlos a su destino, para alejarlos de su automóvil y que los delincuentes pudieran robarles sus pertenencias, por lo que denunciaron la posible colusión de los ambulantes de la zona con los rateros.

De acuerdo a lo relatado a PÁGINA NEGRA, fue alrededor de las 13:30 horas cuando padre, madre e hijo llegaron a San Baltazar Campeche en busca de unos laboratorios. Los afectados dejaron su auto parado frente a la presidencia debido a que no encontraron estacionamiento. En el lugar, había mucho movimiento, pues los trabajadores se encontraban pintando el famoso reloj e incluso observaron a una patrulla estacionada.

Al descender y al verlos un poco desorientados, un vendedor de gelatinas se les aceró para preguntarles qué buscaban, a lo que la familia respondió: unos laboratorios.

El vendedor, en una actitud muy amable, se ofreció a acompañarlos a su destino: “es por allá, si quieren los llevo” y los tuvo caminando por algunos minutos hasta que los alejó. Incluso, los atravesaron el mercado y calles donde los afectados notaron la presencia de varios jóvenes consumiendo drogas.

“Es aquí”, les dijo y desapareció; sin embargo, la familia no encontró lo que buscaba por lo que decidieron regresar.

Cuando llegaron a su auto, se percataron que los seguros estaban arriba. Al revisar el interior, notaron que ya les habían robado su estero, una sombrilla, chamarras y suéteres que traían en la cajuela. Al intentar arrancar su coche, este no prendió pues también se habían robado la batería.

El vendedor de gelatinas desapareció de la zona y al preguntarles a los demás ambulantes y trabajadores que estaban en el lugar si alguien había notado quién estaba abriendo su auto, todos negaron haber visto algo.

Un automovilista que se estacionó frente a ellos por unos minutos, les indicó que, en una ocasión, a él también le habían robado las llantas en la misma zona y a plena luz del día pero “nadie vio nada”.

Los afectados decidieron compartir este reporte para evitar que acepten “ayuda” de estas personas por muy amables que parezcan debido a que al alejarlos, dan el tiempo suficiente para que los delincuentes puedan cometer sus fechorías.

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