Este día, la periodista Lydia Cacho sostuvo una reunión en la sede de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) —ubicada en Washington, Estados Unidos— en la que estuvieron representantes del gobierno mexicano. En ella, la también defensora de los Derechos Humanos exigió México las condiciones necesarias de seguridad que le garanticen paz para poder regresar al país.
En un video que publicó al salir, Lydia Cacho detalló que esta reunión duró casi dos horas y en ella también estuvieron presentes sus abogados y representantes de Artículo 19. Durante la discusión, se comentó que el estado mexicano se tiene que hacer cago no solo de la protección a las defensoras de los Derechos Humanos, sino también de la libertad de expresión y de las periodistas.
En mi caso en particular, demostramos que el hecho de que yo este fuera del país durante dos meses se relaciona directamente a mi hogar por parte de la delincuencia organizada, queremos que el estado mexicano recuerde que el tema del cual yo hablo en mi trabajo periodístico desde hace más de 15 años se relaciona directamente con los abusos de niños y niñas, con la explotación sexual y con el hecho de que la delincuencia organizada en cualquiera de sus formas gana mucho más dinero por la explotación y la trata de personas que por el narcotráfico.
También comentó que tiene evidencias de que la delincuencia organizada está vinculada con agentes del estado mexicano como con senadores, congresistas, alcaldes, policías y militares son quienes están atacando a la prensa.
Yo tuve que salir del país huyendo por mi vida. Quiero volver a México pero quiero volver con las condiciones que merezco yo como las que merecen todas y todos los mexicanos para vivir en paz, lo que hemos solicitado y exigido es justamente que cumpla con las medidas cautelares, finalizó.
El pasado 14 de junio la periodista recibió una amenaza de muerte por correo electrónico enviada a la Fundación Lydia Cacho, con sede en España.
Además, el 17 de junio recibió una amenaza similar pero vía telefónica. En los dos casos le dijeron que debían mantener “la boca cerrada o la matarían”.
Finalmente, el 21 de julio, el domicilio de la periodista fue allanado y los intrusos robaron equipo de trabajo y material periodístico, además, mataron a su mascota y envenenaron a otra por lo que decidió salir del país por su seguridad.
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