Robo de vehículo en Puebla, cada vez más violento

Por Facundo Rosas / /

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En Puebla 7 de cada 10 vehículos son robados con violencia, además entre 2014 y 2018 el robo de vehículo se incrementó en 500%; este es el panorama que enfrentará el próximo gobierno estatal apenas tome posesión.

Las otras entidades que registraron un aumento significativo en este delito son Jalisco y el Estado de México, con 46% y 11.5% más respectivamente, en el mismo lapso.

En términos absolutos, en 2014 en el estado de Puebla se robaron 2,309 vehículos, mientras que en 2018 la cifra aumentó a 13,860 unidades vehiculares (500% más).

El problema es más grave al comparar los vehículos que fueron robados con violencia, al pasar del 20% en 2014 al 49% en 2018, es decir un aumento de casi 30% en solo 4 años, lo cual indica que al no poder sustraerlos cuando permanecen estacionados, lo hacen en movimiento y con víctimas a bordo, tal como sucedió hace algunos días en Boulevard de las Torres, con un saldo funesto.

Cabe recordar que en la entidad 7 de cada 10 homicidios dolosos se cometen con arma de fuego y este es el más claro y doloroso ejemplo.

Para el primer cuatrimestre del 2019 la proporción de vehículos robados con violencia ascendió a 52%. Para efectos comparativos, la media nacional de vehículos robados en esta modalidad fue de apenas 36%. 

Dicho de otra forma, durante 2014 solo 2 de cada 10 vehículos fueron robados con violencia en Puebla, mientras que en 2019 ya son más de 5 de cada 10. A nivel nacional en 2014 fueron robados 3 de cada 10 vehículos en esta modalidad y para el 2019 menos de 4 de cada 10.

Por si lo anterior no fuera suficiente, el reporte más reciente de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) para la entidad poblana, establece que entre mayo de 2018 y abril del 2019, el porcentaje de vehículos con seguro que fueron robados con violencia ascendió al 72.3% del total, es decir más de 7 de cada 10 vehículos.

De acuerdo con el reporte de la AMIS, sólo tres entidades presentaron peores registros que Puebla, siendo estos el Estado de México, con el 72.5% de vehículos asegurados que fueron robados con violencia; Sinaloa, con 77.5% y Guerrero con 79%.

En los casos de Sinaloa y Guerrero el incremento en el robo de vehículos con violencia (asegurados por la AMIS) contrasta con el cometido sin violencia, que disminuyó a niveles que permitieron a ambas entidades reducir su incidencia total en 2% y 10% respectivamente, entre 2014 y 2018.

Para dimensionar el problema que representa el robo de vehículo a nivel nacional y ofrecer mejores referencias a la ciudadanía, basta subrayar que en los últimos 10 años han sido robados más de 2 millones de unidades, de los cuales solo han sido recuperados menos de la mitad, es decir actualmente circulan en el país o son vendidos en partes más de un millón de vehículos de todos las marcas y modelos.

Una referencia más, el tamaño del mercado ilícito de vehículos robados y autopartes, es superior al parque vehicular de todo el estado de Puebla, el cual es de apenas 1 millón de unidades.

En síntesis, es indudable que el uso de la violencia para robar un vehículo en Puebla se ha agudizado y así como su origen es multifactorial, también lo será su solución; no basta atender las causas o culpar a las administraciones pasadas de los problemas actuales, se requiere una visión más amplia y programas transversales que incluyan el retiro de las armas de fuego de las calles, pero no con programas de desarme voluntario, como ya se mencionó en anteriores entregas. 

Versión no contada. Corría el mes de febrero del 2014, cuando se presentó un día extraordinario pero no irrepetible, en el cual no se registró un solo robo de vehículo en toda la entidad. De hecho fue el mes en que únicamente se registraron 164 vehículos robados y solo 31 de ellos con violencia. Los poblanos deberíamos aspirar a que días como estos se repitieran con mayor frecuencia, la clave está en exigir a las autoridades que realicen su trabajo, pero sin dejar de cumplir la parte que nos corresponde, desde atender el reglamento de tránsito hasta dejar de comprar unos rines “baratos”.

En la siguiente entrega abordaré el tema del secuestro y como se ha incrementado en la entidad, generando una mayor percepción de inseguridad.