Violencia: cifras, tendencia y retos

Por Facundo Rosas / /

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De no haber contratiempo alguno, el próximo 1° de agosto asumirá sus funciones constitucionales el gobernador electo de Puebla, Miguel Barbosa Huerta.

Como lo planteó desde un principio, una de sus prioridades será cuidar a todos los poblanos, es decir resolver los problemas de inseguridad y de violencia que enfrenta la entidad.

Uno de los delitos que más retratan la violencia es el homicidio doloso, sin embargo, no es el único que explica la prevalencia de esta problemática a nivel nacional y estatal.

Considerar violenta una entidad o una ciudad tomando en cuenta únicamente esta variable, permite observar el bosque, pero no cada árbol y el césped que le dan su tonalidad. Una vista parcial no tomaría en cuenta aquellos delitos que se cometen haciendo uso de la violencia, con el consecuente diagnóstico equivocado.

Estudios estadísticos sobre violencia elaborados con el homicidio doloso como única variable llegaron a ubicar a México como el país más peligroso del mundo en 2015, solo detrás de Siria (en guerra civil desde 2011), sin embargo, el Informe “Organized Crime and Justice in Mexico” elaborado por la Universidad de San Diego, California en colaboración con la UNAM, Universidad Autónoma de Nuevo León y la BUAP con la misma metodología (presentado el 30-31 de mayo 2019 en la CDMX), concluyó que en 2015 nuestro país se ubicó por debajo de El Salvador, Honduras, Venezuela, Guatemala, Brasil y Belice, además de Siria.

El mismo mecanismo de medición, utilizado por el Consejo Ciudadano de Seguridad y Justicia Penal, colocó en 2010 a Ciudad Juárez, Chihuahua como la ciudad más violenta del mundo de una lista de 50, tomando en cuenta únicamente su tasa de homicidios dolosos por cada 100 mil habitantes, con 136 casos. En 2017 el primer lugar lo ocupó Los Cabos, BCS, con una tasa de 111.33 casos, peor que Caracas, Venezuela con 111.19 eventos. Para 2018, Los Cabos salió de dicha categoría y cedió su lugar a Tijuana, B C, con una tasa de 130 casos, seguida de Acapulco, Gro. con 110 casos.

Utilizando este criterio de medición de la violencia, en 2019 Puebla está aún lejos de los primeros lugares y aparentemente sin problemas que resolver en materia de seguridad en el corto plazo, ubicándose en la posición 17 del ranking con una tasa acumulada al mes de abril de 5.9 casos por cada 100 mil habitantes, menor a la media nacional de 7.58 casos.

Sin embargo, la incidencia de otros delitos violentos indica que las cosas no marchan bien, peor aún si se analiza la percepción de inseguridad de los últimos años que es alta.

Por esta razón se necesita explorar nuevas categorías de análisis que incorporen más variables y permitan evolucionar hacia una medición (Índice) con mayor rigor metodológico, que además del homicidio doloso pondere otras conductas delictivas que se caracterizan por el uso de la violencia como el secuestro, robo a transportista, de vehículo, a transeúnte en vía pública y a bordo de transporte público, a negocio y casa habitación, así como las lesiones, violencia familiar y violación.

Volviendo al tema de homicidio doloso, para el caso de Puebla, un análisis de su crecimiento entre 2014 y 2019, indica que no ha sido contenido y mucho menos revertido, además su tendencia sigue siendo al alza y asociado a diversos factores.

A partir de 2014, año con la incidencia más baja de los últimos 22 años, se observa un crecimiento sostenido que nos llevan a la conclusión de que entre 2014 y 2018, este delito se incrementó en 227%, al pasar de 338 a 1,105 casos absolutos, respectivamente.

La tendencia en 2019 sigue siendo al alza, con un crecimiento del 3.6% respecto del primer cuatrimestre de 2018, al pasar de 366 a 379 en términos absolutos.

Un análisis más detallado señala que a la par del incremento en los homicidios dolosos registrado entre 2014 y 2019, también aumentaron aquellos casos cometidos con arma de fuego, pasando de 5 de cada 10 homicidios en 2014 a 7 de cada 10 en 2019, es decir un 20% más.

Lo anterior refleja que cada vez son más las armas que circulan en las calles y son utilizadas para cometer asesinatos de este tipo y otros delitos. Además, indica que los esfuerzos realizados en los últimos años para retirarlas del mercado ilícito, entre ellos el Programa de canje de armas, han sido insuficientes, por lo que habría que replantearlos.

En síntesis, no es que los programas implementados no aporten soluciones, tal vez faltaría incorporarlos a estrategias cada vez más amplias en los terrenos operativo y de atención a las causas, no dejando todo a la Guardia Nacional que por el momento no tiene previsto aterrizar en tierras poblanas.

Versión no contada

Durante los primeros meses de 2015, un esfuerzo institucional por retirar armas de fuego de las calles de la zona metropolitana de Puebla, independiente del programa “voluntario”, permitió conocer otras aristas de este problema que siguen estando vigentes hoy en día. Basta revisar las indagatorias iniciadas ante la entonces PGR, para darse cuenta de la variedad de argumentos que utilizan las personas para portarlas y utilizarlas ilegalmente.

En siguientes entregas abordaré el tema de los vehículos robados y como se van acumulando a nivel nacional, hasta superar el parque vehicular de Puebla.