¡Todos con Barbosa!
Como si se tratara de un acuerdo con Morena, los partidos morenovallistas y el PRI –también morenovallista— lanzaron a los perfiles menos conocidos para competir por la gubernatura de Puebla.
Para enfrentarse al monstro de Morena, que en las encuestas aparece hasta 4-1 contra su más cercano competidor, el PAN, los candidatos Enrique Cárdenas y Alberto Jiménez parecen ser los más sencillos de derrotar.
La única encuestadora que este año los ha incluido en sus mediciones de conocimiento, fue Indicadores, de Elías Aguilar.
Ambos están en los últimos lugares, con un conocimiento de apenas el 4% y el 6%, nada comparado con los más de 25 puntos que tienen los precandidatos de Morena: Luis Miguel Barbosa, Alejandro Armenta y Nancy de la Sierra; el primero ha aparecido hasta con más de 40 puntos.
Como si lo hubieran pactado, ninguno de los dos candidatos tuvieron la oportunidad de hacer precampaña para al menos con eso sumarse unos puntitos más, pues los partidos que los postularon renunciaron a hacer procesos internos.
Ni siquiera porque la postulación de Enrique Cárdenas ya se había pactado desde la semana pasada, cuando apenas estaban iniciando las precampañas.
Tampoco la designación de Jiménez Merino fue sorpresiva, además en el PRI eran visibles los aspirantes a contender por la postulación: Enrique Doger, Ricardo Urzúa y Javier López Zavala.
¿Por qué si sí había contienda no los dejaron hacer precampaña?
Aunque la precampaña es un proceso interno de los partidos para elegir a sus candidatos y hasta en la propaganda ponen la inútil leyenda “dedicada solo para militantes” de tal o cual partido, es claro que todos la aprovechan para posicionar a sus aspirantes.
Lo saben y lo han usado así todos los partidos.
Pero en este proceso electoral “extrañamente” solo dejaron que Morena hiciera este procedimiento y fue Barbosa el único que colocó gran cantidad de espectaculares en el estado.
Primer acto: Solo Morena tuvo precampaña
Segundo acto: Miguel Barbosa ganó más exposición en medios y la oportunidad de empezar a limpiar su imagen.
Tercer acto: También fue el único con espectaculares.
Cuarto acto: Lo mandarán a competir, si gana, contra dos desconocidos.
¿Cómo se llamó la obra?
¡Todos con Barbosa!