Si tu pareja te pide saber todo el tiempo dónde estás, qué haces, te quiere acompañar a todos lados, te pide contraseñas de tus redes sociales o tiene control sobre lo que puedes publicar o no, no es amor; es violencia que muchas veces cuesta trabajo reconocer pues, con el paso de los días, la violencia se está volviendo natural, principalmente entre los jóvenes.
En el marco de la Conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres ― a celebrarse el próximo 25 de noviembre― se realizó el foro “Intervención en crisis con víctimas de violencia de género”, en la Facultad de Contaduría de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. La ponente, Isabel Stange Espinola explicó a los asistentes que terminar una relación, cuando está se ha tornado violenta y que se sufre en ella, no es la única solución y se puede trabajar para controlar esta situación.
De acuerdo a datos de la Organización Mundial de la Salud, en todo el mundo una de cada tres mujeres sufre violencia física o verbal, cometida principalmente por su pareja. Stange Espinola explicó que la violencia verbal lastima más que la violencia física pues “rasgan una parte del cuerpo que no ves: alma, corazón o sensaciones.”
Durante el foro, la ponente y también maestra de la BUAP pidió a los asistentes que han sido víctimas de acoso sexual levantar la mano, pero casi nadie lo hizo: por miedo o amenazas.
De acuerdo a datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en enero de este año se cometieron 272 asesinatos de mujeres; es decir, en promedio 9 asesinatos diarios. La catedrática explicó que aunque las mujeres detectan que son víctimas de violencia, existen muchas razones que las detienen para denunciar.
En el 2012, la Organización Mundial de la Salud detectó que una de cada dos mujeres fue asesinada por su pareja; en contraste, uno de cada 20 hombres que murió, fue asesinado por su pareja.
Isabel Stange Espinola dijo que la situación de acoso sexual o violencia cometida contra mujeres se ha presentado en dentro de la BUAP e incluso ha cobrado la vida de alumnas. Esta problemática (de acoso y violencia) afecta también a universidades y colegios particulares, pero en todos lados el problema es el mismo: las víctimas no pueden romper el miedo.
Por último, aceptó que falta mucho por hacer para poder frenar esta situación y dijo que es un proceso lento y un tanto complicado, pero también es trabajo de todas las dependencias; desde la universidad hasta las autoridades, para poder detectar a tiempo estos casos y evitar más pérdidas humanas.
Durante esta semana se estarán realizando un total de 8 foros en diversos puntos de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla donde se tratarán temas como: feminicidios, relacionados al VIH, violencia digital, entre otros.
