En Pilcaya y Jolalpan, los damnificados por el terremoto del 19 de septiembre de 2017 recibieron casas de papel por parte de la Federación, pues en ambas poblaciones de la Mixteca poblana enfrentan el mismo problema: filtraciones de agua y goteras. Las personas que han tenido recursos ya impermeabilizaron sus viviendas nuevas, pero en otros casos han tenido que soportar el hecho de que ahora les llueva adentro de su nuevo hogar.
CENTRAL hizo un recorrido por las dos localidades que aún se encuentran en reconstrucción. Muchos de los pobladores han tenido que utilizar sus propios recursos para arreglar sus hogares, pero los que no cuentan con el suficiente dinero aceptaron la ayuda que ambos gobiernos les ofrecieron, pero se enfrentan al mismo problema, las casas hechas de papel con filtraciones de agua y con la inseguridad de que resistan un sismo.
Además, la gente que recibió apoyo por daños parciales también han tenido problemas, pues aseguran que al principio les prometieron una ayuda de 30 mil pesos y solo les dieron 15 mil, con lo que apenas y pudieron comprar algunos materiales de construcción. Ahora esperan a que los visiten los funcionarios estatales o federales para preguntarles si habrá más recursos o ya no.
Justo en el momento en que CENTRAL entrevistaba a la señora Lucía Castro Chacón, en Jolalpan, llegó personal de la Contraloría del Estado y de la Sedeso.
Ambos trabajadores estaban realizando un censo para verificar que las viviendas fueron entregadas. Al menos en ese municipio se dieron 151 casas, construidas por la empresa MÍA, de acuerdo con información que ellos proporcionaron a este medio de comunicación, además de reconocer que todas las casas presentan goteras y se trasmina el agua.
Las casas de papel de Jolalpan
La señora Lucía Castro Chacón vive en la calle Benito Juárez, en el centro de Jolalpan. Su casa era de dos pisos y quedó en las ruinas. Dijo que las viviendas en dicho lugar se empezaron a construir en marzo pasado y a principios de septiembre recibieron su póliza.
Ella vio cómo construyeron su nueva vivienda, la cual consta de dos recamaras divididas por un muro de 5 centímetros, un baño, una pequeña cocina y su sala- comedor. Aunque tiene días que se la entregaron ya entraron a robar, pues las puertas son fáciles de abrir.
Ellos llegaron, nos dijeron que tuviéramos listo el lugar, pusieron un nylon, sobre el nylon pusieron malla metálica y luego ya le pusieron el cemento, y la casa solo tiene 3 castillos, el techo tiene unicel, si usted le pica aquí se ve el unicel. Ellos nos dijeron que son antisísmicas”, señaló la señora.
Sin embargo, hasta en estos casos hay contrastes pues la señora Carmen Barrera, quien vive con su hija y su nuera, ha pedido una y otra vez al gobierno federal y estatal que les den una de las casas como las que han entregado a sus vecinos.
Al menos el cuarto en el que estaba su cocina y unas habitaciones quedaron completamente destruidas. CENTRAL visitó a la mujer de la tercera a unos días del sismo del 19 de septiembre y constató que su vivienda quedó en daño total, pero el gobierno la catalogó como en daño parcial, por lo que solo recibió 15 mil pesos.
Tanta fue su desesperación al ver que ninguno de los dos gobiernos hacían algo por darle una casa, que tuvo que irse a vivir al norte del país por un tiempo, pedir limosnas y así logró juntar 20 mil pesos: “Tuve que irme al norte a pedir limosna. Mi casa quedó destruida y solo la catalogaron como vivienda con daños parciales”.
Dijo que les prometieron 30 mil pesos de apoyo a las viviendas con daños parciales, pero al final sólo le dieron 15 mil pesos con lo que únicamente pudo comprar varilla, piedra, grava y arena, mientras que con los 20 mil pesos que consiguió logró construir su barda.
En Pilcaya la gente optó por construir sus casas con recursos propios
En Pilcaya, Antonio Rivas y la familia Tapia tuvieron que construir una casa nueva porque las que les entregó el gobierno “son desechables”.
San Juan Pilcaya, junta auxiliar de Chiautla de Tapia, fue una de las demarcaciones más afectadas por el sismo del pasado 19 de septiembre. Las casas de decenas de familias quedaron total o parcialmente afectadas.
Tras el desastre, el gobierno federal se comprometió a entregar recursos para la reconstrucción de las casas y no solo eso, también con el fideicomiso “Fuerza México” con el cual se edificarían nuevas casas para las familias que se quedaron casi en la calle.
No obstante, lo que pareció una buena acción de la Federación con la entrega de casas nuevas, hoy en día se convirtió en una carga más para los beneficiarios, pues no las pueden habitar ya que el material con el que fueron construidas es sencillo, tanto que ya tienen goteras y se les encharca el agua.
Por si fuera poco, algunas de las viviendas, como la de Antonio Rivas —quien anteriormente tenía una casa grande de dos pisos— fueron construidas a desnivel de la banqueta, por lo que en caso de una inundación el agua entrará de manera fácil.
En una plática con CENTRAL, Antonio Rivas refirió que con el dinero que les otorgó la Federación el gobierno del estado construyó una casa por cuenta propia, ya que la vivienda que le dieron no sirve para ser habitada.
Hoy Antonio Rivas prefiere continuar con la edificación de su casa, antes de vivir en que le fue dada por las autoridades, ya que no es segura.
A unos metros de la casa de Antonio Rivas, se encuentra la vivienda de la familia Tapia en la misma avenida Morelos.
La familia Tapia atraviesa la misma situación con la casa que les dieron para poder vivir dignamente.
Refirieron a este medio que desde que les entregaron la vivienda no la habitan como tal, debido a que carece de un asentamiento resistente, e incluso es propensa a inundaciones por el desnivel en el que está edificada.
Indicaron que con el recurso que les dieron lo utilizaron para poder reconstruir una parte de su casa que sufrió daños.
El gobierno no nos quiere dar los 10 mil pesos que nos prometió
Doña Florina vende aguas frescas en el zócalo de Pilcaya, ahí pasa el tiempo y sirve que gana unas monedas para salir adelante.
La señora llegó el 15 de septiembre del año pasado a dar el grito y se quedó unos días en su casa en San Juan Pilcaya, junta auxiliar de Chiautla de Tapia, pero el sismo del 19 la obligó a quedarse más de lo que esperaba.
En dicha comunidad, el 82 por ciento de las viviendas resultaron dañadas por el movimiento telúrico. La casa de doña Florina no fue la excepción y resultó en daño parcial.
En entrevista con CENTRAL, la señora cuenta que recibió 15 mil pesos de las tarjetas Bansefi para reparar los daños y el gobierno estatal le prometió otros 10 mil adicionales. Sin embargo, personal de la Secretaría de Desarrollo Social, les dijo que el dinero ya no se los van a dar.
Con la esperanza de que pueda reconstruir su casa, todos los días vende aguas frescas en la plaza del pueblo, para ganar unas monedas y terminar de reparar su casa.
Con 15 mil pesos apenas me alcanzó para el aplanado del piso, pero falta la parte de arriba y se tronó una varilla, pero no alcanza. Yo le pediría de favor que nos den un poquito más porque hay necesidad”.
A pesar de que su casa sigue sin daños, la señora Florina se mantiene alegre; incluso en muestra de agradecimiento le pide a estos reporteros una foto de recuerdo.
