María Hernández perdió a su hija el 3 de julio de 2016 cuando Lili Marlen Guevara se convirtió en una víctima más de feminicidio en Puebla. La joven de solo 27 años de edad fue asesinada por su pareja, David Lobato quien a casi dos años del proceso solo es acusado por “robo y privación ilegal de la libertad” pues la Fiscalía General del Estado no ha podido fincarle feminicidio a pesar de que él mismo los llevó hasta el cadáver de la víctima y confesó el crimen.
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En medio de todo su dolor y llena de impotencia, María Hernández concedió una entrevista a PÁGINA NEGRA con la esperanza de que la mediatización del caso ayude a que se haga justica. Dijo que espera que el proceso concluya rápido porque cada vez que entra a la sala de audiencias de la Casa de Justicia y ve a David, vuelve a recordar y a vivir la desesperación que pasó desde el día que su hija desapareció.
Como si esto no fuera suficiente, el padre biológico de su nieto, hijo menor de Lili Marlen, se lo arrebató por lo que ahora enfrenta otro proceso para recuperar al niño de tan solo 3 años.
María y su hijo menor acuden periódicamente a la Casa de Justicia con la esperanza de que pronto, a David se le vincule por feminicidio y la sentencia llegue más rápido pero por alguna u otra razón, desde septiembre del año pasado las audiencias se difieren.
Feminicida confeso solo es vinculado a proceso por robo y privación ilegal de la libertad
David Lobato fue detenido el 29 de agosto de 2016 después de que en su casa fueron encontrados restos de sangre de Lili Marlen, una pantalla de plasma, su teléfono celular, el cobertor de su cama y además robó el auto de la joven para trasladar el cuerpo.
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La Fiscalía General del Estado de Puebla (FGE) anunció que David fue vinculado a proceso por los delitos de privación ilegal de la libertad y robo a pesar de que supuestamente fue él mismo quien confesó su crimen.
David Lobato permanece en la cárcel y su abogado le ofreció a María Hernández “una salida alterna”, pues los delitos por los que lo acusan “no son tan graves” y buscan la reparación económica del daño.
María comentó que no cuenta con la asesoría de algún abogado, pero los Agentes del Ministerio Público encargados de su caso se mantienen en constante comunicación con ella:
Ellos me dicen que ya se tienen elementos, sé que hay un testigo porque yo lo conozco, que vio cuando David sacaba el cuerpo de mi hija, además de los que ellos tienen en sus investigaciones.
La mañana de ayer se iba a realizar una audiencia intermedia para solucionar la “salida alterna”; sin embargo, en la Casa de Justicia fueron suspendidas todas las audiencias porque según informaron, hubo cambio de jueces.
Así nos traen desde septiembre, por una u otra cosa se difieren las audiencias. Yo no sé de quién depende esto. La verdad, de los Agentes del Ministerio Público no me puedo quejar porque sí están al pendiente y yo sé que con tanto feminicidio han de tener bastante trabajo. Pero ya, no sé hasta cuándo nos van a traer así.
Según le comentan a María, en todo este tiempo se están reuniendo las pruebas suficiente para poder acreditar el feminicidio pero han pasado casi dos años de lo ocurrido y David Lobato solo está en prisión por robo y secuestro.
Cada que vengo aquí es recordar, es vivir la desesperación desde que desapareció mi hija y el estómago se me revuelve cada vez que lo veo (a David), comentó la madre de la joven asesinada.
Enfrenta otro proceso, el de recuperar a su nieto
La señora María Hernández vivió un martirió desde que el 2 de julio anunció la desaparición de su hija de 27 años y quien era madre de dos menores.
María se tuvo que mover por sus propios medios para recabar información que le ayudara a localizar a su hija y fue hasta el 26 de agosto cuando la FGE informó sobre el hallazgo de restos óseos, tejido y cráneo que podían pertenecer al cuerpo de Marlen.
El sufrimiento de María no terminó tras confirmar que se trataba de su hija y quién era el asesino. Pues Francisco Molares P., el padre biológico del menor de los hijos de Marlen, le arrebató a su nieto y ahora no la deja verlo.
Él nunca se hizo cargo del niño y cuando mi hija decidió irse a vivir con él, se enteró que este hombre ya había embarazado a otra mujer y fue entonces cuando mi hija se separó de él. Actualmente él vive con esa mujer y tiene otros dos hijos con ella.
José Alberto tenía 1 años 6 meses de nacido cuando su mamá murió y después de varios meses su papá se acercó con María, fingiendo una buena relación para que le permitiera ver al niño.
Llegamos a un criterio de mediación. Yo tenía la custodia por 8 meses y él podía ver al niño cada fin de semana. Cuanto este plazo venció, había que renovarlo y ahora él tendría la custodia y yo lo podía ver cada fin de semana, pero él ya nunca apareció y nos quitó al niño, no lo podemos ni ver.
Por lo anterior, María ya enfrenta dos procesos: el de esperar a que el asesino de su hija sea sentenciado y el de recuperar a su nieto.
Yo voy a estar y voy a aguantar el tiempo que tenga que esperar. Sí es complicado y lento, yo tengo que pedir permiso en el trabajo cada que hay que venir (a la Casa de Justicia). Espero que lo sentencien porque tiene que estar en la cárcel, un asesino no puede andar libre, tal vez matando a más personas. Esta es la justicia que marca la Ley, la del hombre pero yo creo que la justicia llegará cuando Dios lo castigue.
María Fernanda es la otra hija de Marlen, tiene 10 años y tras lo ocurrido con su madre estuvo en tratamiento en atención a víctimas. Según narra María, su hija tuvo otro hijo porque María Fernanda le pidió tener un hermanito y ahora que ya no está con ella “no duerme y no habla, está mal”, por lo que otra vez recibe atención.
Aquí estoy, confió en la justicia, confió en el MP. He llegado a pensar que ya, dejemos todos. Le digo a mi hijo que es el que anda conmigo para todo pero no, mi hija está muerta y nosotros estamos aquí y nos corresponde hacer que David pague por lo que hizo.
