Fueron reubicadas 418 internas del penal del Topo Chico y del Consejo Estatal a instalaciones del tutelar de menores, en una operación que se desarrolló además en centros penitenciarios de Cadereyta y Apodaca.
Aunque la versión oficial del estado señala que el traslado fue parte de la reingeniería del sistema penitenciario, opiniones de agentes ministeriales apuntan, en forma extraoficial, a que la medida es positiva, pues no se quiere exponer a mujeres y niños que habitaban el centro de reclusión tras las amenazas de grupos diversos de internos que podrían causar disturbios y enfrentamientos como los que se han registrado en el pasado, principalmente en Topo Chico.
La medida me parece buena porque las amenazas siguen latentes y el riesgo de enfrentamientos entre los internos es permanente, y podrían tomar como carne de cañón a las internas”, explicó un experimentado agente policiaco.
Lo que fue el tutelar para menores se convirtió desde ayer en un reclusorio femenil al cual trasladaron a 418 mujeres privadas de la libertad en Nuevo León.
