Por segundo día consecutivo nadie pudo entrar a la dirigencia estatal de Morena.
Nadie sabe quién cambió las chapas de la entrada ni qué día lo hicieron, pero sospechan de dos personas.
Pero hoy otra vez estuvo cerrada la sede del partido de Andrés Manuel López Obrador en Puebla. Hasta el presidente del Consejo Estatal, Saúl Papaqui se quedó con las ganas de ser entrevistado en su oficina por los de Imagen.
A todos los consejeros de Morena que no pudieron celebrar su asamblea extraordinaria les huele a Gabriel Biestro y Miguel Barbosa. Sí, para variar.
Nadie se cree el cuento de Biestro de que no le pidieron la oficina, pues todos tienen el oficio de que sí solicitaron las oficinas, además de que ya no tendría por qué autorizar pues ha dejado de ser el dirigente.
Lo único que saben los consejeros y de lo que están seguros es que deben evitar que su partido se perredice. Es decir, que sea usado solo como una cuota de poder por aquel que por más de 20 años lo utilizó como moneda de cambio.
Sí, saben y están seguros que deben bloquear por todos los medios posibles a Miguel Barbosa antes de que se apropie de Morena y ya no los deje decidir sobre el rumbo de su instituto político, las candidaturas y los cargos de dirección.
Por eso, su primera acción será enviar un escrito a la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia haciendo una cronología de todo lo que ha ocurrido al interior de su partido desde que Barbosa llegó y culminando con el cambio de chapas.
Esperemos que les hagan caso, pues estando Yeidckol Polevnsky en la dirigencia y siendo muy amiga de Barbosa, hará hasta lo imposible para que él y solo él se quede con el control y el poder de Morena.
