Antorcha Campesina lleva 33 años con el control político en Huitzilan de Serdán, un poblado enclavado en la Sierra Norte de Puebla. Desde entonces han desfilado 11 presidentes municipales que han sido postulados por la organización a través del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Cuatro de ellos han sido ejecutados desde 1988. Solo uno de estos casos fue esclarecido de manera parcial. Una parte de la población culpa a la propia organización de estar detrás de estas historias sangrientas.
El último edil asesinado fue Manuel Hernández Pasión, ejecutado el 10 de abril junto a uno de sus escoltas. En Huitzilan nadie entiende por qué lo mataron si faltaba un año para que culminara su mandato.
VER: Ejecutan al presidente municipal de Huitzilan de Serdán
Sin embargo, todos los relatos coinciden en lo mismo: "siempre que hay elecciones matan un alcalde o ex alcalde, culpan al grupo político contrario al suyo del crimen y se hacen del poder", detallaron los pobladores a CENTRAL en el recorrido realizado por la comunidad este fin de semana para saber más sobre el homicidio del alcalde.
En el inicio de la década de los 80´s, el movimiento comandado a nivel nacional por Aquiles Córdova Morán protagonizó una historia de violencia con la Unión Campesina Independiente (UCI) cuando se disputaban el poder del poblado.
En 1984 se hicieron de la presidencia municipal postulando a un indígena. José Ramírez Velázquez ganó las elecciones. A partir de entonces inició un cacicazgo de la organización, denominado así por los mismos habitantes.
La historia de Antorcha Campesina en Huitzilán de Serdán es similar a la de todos los lugares en los que se encuentran. Son habituales las acusaciones de amenazas a los habitantes que no se alinean con ellos, despojos de tierra, violencia y asesinatos.
Quienes aceptan ir a sus marchas, participar en los plantones o botear para el movimiento, no tienen problemas para recibir ayuda gubernamental de la federación, el estado o del propio municipio.
También existen los relatos de quienes no soportaron la presión antorchista y prefirieron irse a otros municipios y vender a un precio muy bajo sus casas a quien tocara su puerta. Al menos 50 familias se trasladaron a Zapotitlán de Méndez, Cuetzalan, Tepango u otras comunidades aledañas.
Te das cuenta de que son de Huitzilan porque es el único municipio donde hablan náhuatl. Aquí hablamos totonaco", explicó un poblador de Zapotitlán.
En las entrevistas realizadas nadie da su nombre y se niegan a ser grabados porque temen que los maten, pero todos piden lo mismo: que el gobierno del estado saque a la organización que lleva 33 años gobernando.
El discurso de Antorcha se basa en la lucha contra la pobreza. Pero en este municipio no han cumplido su promesa. Una gran mayoría de casas son de cartón y madera. La miseria es evidente. Inclusive cuentan con un sistema de transporte precario. Camionetas de carga han sido habilitadas como microbuses.
Los asesinados
Manuel Hernández fue el segundo edil de Huitzilan en funciones asesinado. Otros dos sufrieron la misma suerte cuando habían dejado el cargo.
Los pobladores aseguran que detrás de todos los casos está Antorcha Campesina, pues, aunque son afines a la organización siempre llega el punto en el que ellos quieren deslindarse o revelar las presiones que sufrieron y terminan por silenciarlos a balazos.
Ignacio Gómez Cipriano fue asesinado el 12 de julio de 1988, en su segundo año como presidente municipal. Tal como ocurre actualmente los antorchistas acusaron a la familia Aco, los dueños de la empresa Café Colibrí, de ser responsables.
Jerónimo Aco Huerta fue inculpado por este homicidio tras la presión del movimiento y estuvo en prisión 12 años.
Según declaraciones de algunas personas que solicitaron el anonimato, Ignacio Gómez Cipriano fue asesinado mediante la práctica de un ardid planeado por Aco Huerta cuando aquél fue a comprar una res al potrero de éste junto con su padre Mateo Gómez, el líder antorchista Juventino Reza Salgado, otros antorchistas y un policía", se expuso en una publicación de la Revista Buzos, publicación antorchista.
En marzo de 2004 fue asesinado Francisco Luna Gobierno, quien gobernó de 1993 a 1996. Su homicidio tuvo lugar en la sección tercera del municipio y nunca se esclarecieron los hechos.
Días después, corrió con la misma suerte José Ramírez Velázquez Gobierno, el primer presidente municipal de Antorcha Campesina. Él fue ejecutado en un predio conocido como El Escorial.
Sus familiares acusaron que tuvo un enfrentamiento con los dirigentes del movimiento. Los pobladores aseguran que José Ramírez los amenazó con denunciar las compras irregulares que realizaron durante su gestión en Huitzilan, las cuales fueron avaladas por él mismo.
Siempre que se acercan las elecciones ocurren estas cosas para meternos miedo", sostiene un habitante que refleja preocupación en el rostro.
Antorcha Campesina tiene el control religioso
La organización también culpó al párroco Martín Hernández de coludirse para asesinar al edil Manuel Hernández Pasión.
"El pecado" del sacerdote: llevar a Huitzilán un mensaje de liberación y cambio ante las injusticias que enfrenta la población.
Este cura arribó en 2014. Debido a su discurso, el propio Manuel Hernández lo amenazó para que cambiara el mensaje como lo habían hecho sus antecesores. Ante la negativa, los antorchistas fueron con el arzobispo Víctor Sánchez a pedir su cabeza.
Un año más tarde, la Arquidiócesis de Puebla se las concedió y lo enviaron a realizar su trabajo a la zona de Pahuatlán.
El presidente municipal compró su propia imagen de la Virgen de Asunción para sacarla en la fiesta patronal del 15 de agosto. Pero se equivocó y trajeron una Virgen de Fátima", detalló otro poblador en torno al control religioso del movimiento.
La gente que trabajó con ese sacerdote ahora sufre presiones y también son señalados de participar en el complot para asesinar al munícipe. Según los pobladores, son 30 mayordomos, 18 fiscales, 6 integrantes del comité de obra y 20 ayudantes que están en la mira.
Antes trabajadores del Ayuntamiento se encargaban de la iglesia. El padre Martín nunca se los permitió".
Estas personas, en su mayoría integrantes de partidos de izquierda, ya saben que iniciará una campaña de hostigamiento en su contra, que incluirá amenazas y hasta la impresión de volantes acusándolos del homicidio. Cuando mataron a los otros tres ediles fue la estrategia que Antorcha Campesina usó para inculparlos:
Ya sabemos todo lo que va a pasar".