Tragedias

Atzala: Entre la tristeza de despedir a sus 11 muertos y la alegría de recibir víveres para los sobrevivientes

- Foto: Especial

Los integrantes de tres familias fueron velados y sepultados 24 horas después de la tragedia. El pueblo se volcó a despedir a sus familiares y vecinos, pero de manera simultánea los poblanos de otros municipios mantuvieron de pie al pequeño poblado de la Mixteca Poblana al llevar víveres, ayuda que no cesó por más de 8 horas

Por Osvaldo Macuil/@OsvaldoMacuil

/ Puebla, Puebla

Atzala, el pequeño poblado de la Mixteca Poblana despertó con la cruda realidad de que 11 de sus habitantes perdieron la vida en el terremoto y el siguiente paso era darles pronta sepultura por la descomposición de los cuerpos que se aceleró con el intenso calor de la región.

Los ataúdes, entre ellos los de tres de niños, se colocaron afuera de donde vivía el padrino del bautizo de la pequeña Elideth para ser velados. A cada uno se le pegó una etiqueta con su nombre para ser identificados.

Unas horas antes se había sacado todo el escombro que sepultó a estas personas de la iglesia de Santiago Apóstol y la zona ya estaba acordonada para evitar cualquier accidente, lo cual no ocurrió cuando los brigadistas ciudadanos hacían las tareas de limpieza sin supervisión. 

VER: El bautizo que tuvo la desgracia de encontrase con el temblor en Atzala, Puebla (VIDEOS) 

Una vez que los féretros fueron colocados se conocieron los nombres de las víctimas. Elideth, la niña de tres meses que estaba siendo bautizada; Manuela, su hermana y María de Jesús León, la madre de ambas.

Los Villanueva eran los padrinos de bautizo. Susana y Florencia era la pareja que acompañó a la bebé a recibir el sacramento, junto con su hijo Samuel. También se encontraban Carmen y Feliciana de esta familia.

Dos invitadas más tuvieron la mala suerte de estar en la iglesia: Fidelia y Aurelia.

Originalmente el bautizo sería en domingo, como tradicionalmente se acostumbra, pero los padrinos no podían ese día y se cambió a una fecha entre semana: 19 de septiembre fue el día elegido.

Una persona más murió en el lugar, pero era originario de Chietla y sus restos fueron velados en su hogar.

Una incógnita rondó sobre la situación del padre de la menor que era bautizada. De Ismael Escamilla, algunas personas decían que había muerto y otras que se encontraba en un hospital gravemente herido. La segunda versión fue confirmada por las autoridades. A Ismael aún no le han revelado que su familia murió.

En el lugar se respiraba un ambiente de incredulidad, pues los familiares de las tres familias de estos 11 muertos no entendían como una celebración religiosa de pronto se convirtió en un funeral.

Los poblanos que mantienen a Atzala en pie

De manera simultánea al velorio y una vez que le gobernador Antonio Gali dejó el municipio tras dar el pésame, comenzaron a llegar brigadas ciudadanas con víveres para los sobrevivientes.

Los héroes sin capa coparon las calles del pequeño poblado con sus automóviles para repartir la ayuda.

De todos lados y sectores llegaba la ayuda. Grupos religiosos, empresas, estudiantes de la IBERO. Pero sobre todo ciudadanos común y corrientes que llenaron sus unidades y se fueron a la Mixteca Poblana a buscar los rostros que requerían su ayuda.

Durante ocho horas continúas no pararon de llegar automóviles al auditorio de Atzala a entregar los productos básicos.

Un grupo de mujeres cocinaba en ese lugar en el comedor comunitario para ir alimentado a ciudadanos y brigadistas. Huevos cocidos, frijoles, arroz y chiles en vinagre era el menú.

De pronto irrumpió un grupo de diputados federales del PRI. Llegaron haciendo escándalo para que todo el mundo los viera. Tan pronto terminaron se fueron del lugar y los ciudadanos volvieron a ser los protagonistas de la entrega de lo más básico.

También llegaron estudiantes de la BUAP con medicinas y material de curación. Empresas de comida rápida llegaron con sus productos. Los de la IBERO repartían leche con los niños.

Atzala fue sostenido por estos poblanos para que no se derrumbara lo que el temblor dejó tambaleando: el ánimo de los pobladores. 

El adiós de los muertos

Después de las seis de la tarde, y tras oficiarse un par de misas de cuerpo presente se dio paso al cortejo fúnebre.

La ayuda de los voluntarios se detuvo un momento. Uno a uno los féretros fueron saliendo hacia el panteón, encabezados por la pequeña Elideth.

Música de banda se escuchaba mientras avanzaban las personas. Algunos portaban globos blancos en alusión a la inocencia de los niños que perdieron la vida durante el terremoto. Desde el mediodía se tomó la determinación de que 24 horas después fueran sepultados.

Cuando llegaron al panteón municipal, los once cuerpos se separaron por primera vez desde que corrió la desgracia. En un lugar fueron enterradas Manuela y sus dos niñas. En otro lugar los seis integrantes de la familia Villanueva y en otras fosas se depositaron los restos de Fidelia y Aurelia.

Con música de banda se trató de reducir la tristeza que dejó la tragedia. Una vez que se dio cristiana sepultura a quienes tuvieron la mala suerte de estar en la iglesia en el momento del temblor, los familiares están preocupados por Ismael Escamilla, el único sobreviviente que lo perdió todo.