La vida cotidiana de la cultura huachicolera en la que están inmersos los niños que habitan en los municipios del Triángulo Rojo y la Franja del Huachicol está matando su futuro y podría terminar con su vida, consideró Verónica Reyes Barón, socióloga y directora de la carrera de Relaciones Internacionales del Tecnológico de Monterrey campus Puebla.

Por su parte, el rector de la Universidad Iberoamericana, Fernando Fernández Font lamentó que algunas poblaciones hayan adoptado la violencia y el robo de combustible sea un estilo de vida permanente.

Ambos consideraron que en la región existen pautas de conducta y características relacionadas a este delito que pueden configurarse como una cultura, además que es “bastante triste” que en más de 15 municipios de la Franja Huachicolera se esté normalizando la violencia.

No les estas enseñando a los niños que en este mundo hay justicia, sino que la injusticia está de su lado y qué vale la ley más fuerte, el problema va a ser cuando encuentre alguien más fuerte que él, que en un ciclo de violencia va a terminar en la muerte”, aseguró Reyes Barón

PÁGINA NEGRA reveló que la transformación del estilo de vida de campesinos que se volvieron ladrones de combustible, de familias que venden al por mayor la gasolina y de los jóvenes y niños que aprenden el oficio como halcones, han conformado un conjunto de creencias, saberes y hábitos determinados conocidos como “Huachicultura”.

Ver: Nación Huachicol: la cultura en torno al robo de combustible en Puebla

Lo que ellos mismos (los pobladores) han generalizado como huachicoleros se vuelve su cultura, que no debería de serlo”.

Reyes explicó que, en la sociología, lo que se experimenta en los pueblos del Triángulo Rojo se le denomina como el “fenómeno de la belicosidad” que es precisamente la conformación de una cultura de violencia como sucede en el norte con el narcotráfico

Zygmunt Bauman escribió sobre la teoría del miedo líquido y de la vida contemporánea que explica que cuando nos encontramos en un concepto repetitivo que nos parece normal, lo tomamos como cultural, es decir, lo damos por hecho porque es normal, sucede y vamos hacerlo como algo establecido, por eso en Puebla hay Huachicultura”.

Informó que Bauman explica que las culturas violentas se dan a través de la justificación moral, pues se tratan de argumentar los robos, asesinatos y violación a los derechos humanos.

Asimismo, agregó que el problema de las culturas violentas como la del huachicol, de acuerdo al sociólogo francés Gilles Lipovetsky, se dan porque la sociedad busca de manera inmediata incrementar sus ingresos.

El problema no es ahora como anteriores épocas, que buscamos cómo solventar las necesidades por eso se daba el vandalismo o el robo de reses, sino que ahora es el exceso, todo mundo quiere un exceso de facilidad, exceso de riqueza. La riqueza instantánea va a ser validada por la sociedad por la gente con escaso sentido cultural o con falta de educación sólida”.

La académica precisó que el nacimiento de la Huachicultura se debe también al gran fallo del gobierno de Rafael Moreno Valle, pues no quiso escuchar las necesidades de los pobladores de esa región ni atender sus problemas específicos.

Se pensó que adaptando soluciones de otras regiones se resolvería el problema del Triángulo Rojo, y ese fue el fallo, esas políticas no frenaron a los huachicoleros”.

Verónica Reyes declaró que lo más grave de la cultura huachicolera es que los adultos estén educando a niños con mensajes de que el robo de combustible es algo “normal” y que además le reditúa económicamente, lo que provoca que las nuevas generaciones continúen reproduciendo ese estilo de vida.

Sobre la creación de música del huachicol, la especialista dijo que sería absurdo prohibirlas y que deben de seguir existiendo pero con mensajes donde quede claro que no es correcto realizar actividades delictivas.

En el sexenio de Felipe Calderón se prohibieron los narcocorridos, yo estoy de acuerdo que esto se debe de permitir siempre y cuando sea bueno, no se debe de castigar la creación y la creatividad, sino enviar un mensaje alterno. Se debe de permitir esta cultura porque se ha hecho desde la época de los caudillos, pero lo que debe de hacerse es enviar un mensaje alterno, que se diga a que se lleva a eso, que se escuchen los corridos huachicoleros y que vean que todas las historias terminan en muerte y tragedia, no idealizar al héroe de 13 años, que se muere por sacar un galón de gasolina”

¿Qué debería de hacer el gobierno para terminar el problema?

La académica recomendó a las autoridades replantear la educación y mejorar las condiciones de empleo de esa zona.

-El gobierno del estado debe de promover una política de “cero tolerancia” a las conductas delictivas. Que se castigue el delito como debe de ser.

-Crear un programa económico a través del modelo Yunus, que permite la auto-inversión por micro-créditos a poblaciones de recursos casi nulos para la generación de empleos.

-Implementar un extenuante programa de educación para jóvenes y niños en los términos de legalidad y de capacidades de decisión que les permitan identificar lo bueno de lo malo.

La violencia ha sobrepasado a las autoridades: Ibero

Por su parte, el rector de la Universidad Iberoamericana, Fernando Fernández Font sentenció que la violencia por el robo de combustible que se vive en el estado está sobrepasando a las instituciones.

Ante la formación de la huchicultura, dijo que es lamentable como algunas poblaciones han adoptado la violencia y el robo de combustible como un estilo de vida.

En entrevista, tras encabezar el Foro Internacional ¿Por qué persiste la pobreza y la desigualdad en México? realizado en el auditorio Ignacio Ellacuría de la Universidad, el rector señaló que el Triángulo Rojo parece un estado independiente que no ha podido ser dominado por las autoridades.

Cuando el gobierno dice que el petróleo es de todos y cada vez está más caro y los privilegios de los políticos son impresionantes, la población dice: ¿el petróleo es de todos? No es cierto. Y entonces encuentran un negocio que los ayuda a salir adelante (…) Se ha roto el estado de derecho y no podemos seguirlo permitiendo porque va a llegar un momento en que sea incontrolable”.