La historia
Se llamó a sí mismo el “Asesino del Zodíaco", y fue relacionado con al menos cinco asesinatos al norte del estado de California (Estados Unidos) a finales de los años 60, pero se cree que podría haber sido responsable de muchísimos más. El Asesino del Zodíaco se dedicó a jugar con la policía, e incluso se dedicó a enviar cartas amenazadoras a periódicos locales años después. Sin embargo, todo se paró un buen día, de repente.
Una exhaustiva investigación determinó que existían varios sospechosos, pero el culpable nunca ha sido hallado. El asesino del zodíaco sigue siendo hasta la fecha un desconocido, y sus casos continúan abiertos. El misterio que rodea a este estrambótico personaje ha inspirado numerosas obras literarias y películas, inspirando al psicópata del “Harry el Sucio” de Clint Eastwood, o la genial “Zodiac” de David Fincher, con Robert Downey Jr. y Jake Gyllenhaal.
Solo hay cuatro casos confirmados
A día de hoy, solo se han confirmado cuatro asesinatos perpetrados por el Asesino del Zodíaco. El primero sucedió en diciembre de 1968, cuando David Faraday, de 17 años; y su novia Betty Lou Jensen, de 16, fueron asesinados a tiros en su coche. El suceso ocurrió en un descampado cercano a la ciudad de Vallejo. La policía no encontró pruebas, ni un sospechoso; no había motivo alguno, ni mensajes.
Seis meses después, Darlene Ferrin, de 22 años, y su novio Mike Mageau, de 19, fueron víctimas de otro asesinato a sangre fría. Según la investigación, un hombre armado con una linterna se les acercó y comenzó a dispararles a bocajarro, matando a Darlene e hiriendo gravemente a Mike. No había pasado una hora cuando un hombre llamó al departamento de policía de la zona, dándoles todo tipo de detalles sobre la escena del crimen y proclamándose autor de los asesinatos de Faraday y Jensen. Mike Mageau, además, fue capaz de dar una descripción del atacante. Aún así, la policía no pudo avanzar demasiado en el caso.
El “Asesino del Zodíaco”
No mucho después, tres cartas idénticas fueron enviadas a tres periódicos locales: el San Francisco Examiner, San Francisco Chronicle y el Vallejo Times-Herald. Sin dirección remitente, las cartas relataban una escalofriante historia: contaban con todo lujo de detalles, que solo el asesino podía saber, cómo se habían perpetrado las muertes de los adolescentes. Además, el presunto asesino amenazaba con más ataques a no ser que dicha carta se publicara en primera página de todos los diarios.
La carta se firmaba con un símbolo muy particular: un círculo con una cruz atravesada y que se acompañaba de una parte de un jeroglífico de tres partes, que supuestamente contenía su identidad.
La policía trabajaba sin descanso, esta vez con ayuda del FBI, pero no hubo manera de encontrarlo. Fue días después, y con otra carta dirigida al director del San Francisco Examiner, cuando nació “el Asesino del Zodíaco”. La carta comenzaba: “Estimado editor, le habla el Zodíaco…”, y describía de nuevo los asesinatos a todo detalle, mofándose de la policía por no haber sido capaz de dar con él. Fue un profesor de primaria y su mujer los que un buen día descifraron el jeroglífico, que solo contenía una inquietante frase:
Me gusta matar gente porque es muy divertido”
Más asesinatos
La investigación continuaba, aunque sin demasiados resultados. En septiembre de 1969, realizó un nuevo ataque, a otra joven pareja. Cecelia Shepard y Bryan Hartnell estaban descansando a orillas del Lago Berryessa cuando el Asesino del Zodíaco les atacó. En esta ocasión, incluso llevaba una sudadera y una camisa con el símbolo del Zodíaco, e hizo las cosas de manera diferente: los ató a un árbol y posteriormente los apuñaló repetidas veces. Dejó en mensaje en la ventana del coche de la pareja, para la policía, y se marchó. Luego llamó a comisaría para reivindicar su autoría. La policía encontró a los jóvenes aún con vida, pero Cecelia murió poco después por las heridas producidas.
Poco después, el Zodíaco acabó con otra vida, disparando al taxista Paul Stine. La policía dudó un poco, ya que no seguía el patrón de previos ataques (parejas en lugares alejados y solitarios), pero otra carta enviada al diario San Francisco Chronicle les sacó de dudas: había sido el Zodíaco. Esta carta, incluso, tenía un trozo de la ensangrentada camisa de Paul metida en el sobre. Al final de la inquietante misiva, el Zodíaco amenazaba a la policía y les contaba su intención de matar un autobús escolar lleno de niños.
Quizá fue un descuido o totalmente premeditado por este sangriento asesino, pero en este último ataque hubo muchos testigos, y la policía fue capaz de generar un retrato robot. A pesar de los testimonios y las pruebas, e incluso el propio asesino dando pistas sin parar, seguía suelto y la policía no ha sido capaz de encontrarlo nunca. Lo curioso del caso es que él seguía cometiendo asesinatos y dando pistas a los diarios del país, pero solo hasta 1974, cuando todo paró de repente.
Las cartas pararon, los ataques cesaron. Las investigaciones siguieron, aunque nunca se ha podido arrestar a un culpable y todos los casos, incluyendo aquellos que se le atribuyen pero que no ha confirmado, siguen abiertos.
Teorías para todos los gustos
Además de la investigación oficial, son muchas las teorías que se barajan acerca de la identidad y los motivos de este desconocido asesino. Algunos dicen que podría ser el encarcelado Charles Manson, otros que dejó de escribir porque se marchó del país para comenzar a cometer fechorías en el Reino Unido.
Mucha es la literatura que se ha escrito acerca del asesino del Zodíaco, pero nadie ha podido probar quién es.
¿Estaremos ante el crimen perfecto?