En menos de mes y medio al menos 17 personas han sido asesinadas en hechos relacionados con el robo de hidrocarburo a los ductos de Petróleos Mexicanos en la zona que comprende el Triángulo Rojo de Puebla en los municipios de Palmar de Bravo, Acatzingo y Felipe Ángeles.
El secretariado ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), en su informe más reciente, reportó que en los primeros cinco meses del 2016 se cometieron 46 asesinatos en los municipios de la misma zona. Aunque la cifra no ubica cuál es el porcentaje de homicidios relacionados con robo de hidrocarburo, sí especifica que el 32 por ciento se perpetraron con armas de fuego.
A pesar de esto, la Secretaría de Seguridad Pública Estatal, solo ha detenido durante 2016 a cuatro líderes de las células delictivas que manejan la ordeña y el traslado del combustible según reveló el secretario Jesús Rodríguez Almeida.
Además de las cabecillas se han detenido a 60 personas involucradas en la extracción ilegal de combustible de los ductos así como 200 vehículos, siete armas y más de 25 mil litros de gasolina propiedad de Petróleos Mexicanos ha sido incautada.
El 14 de julio de 2015, Marco Antonio Estrada López, ex director de la Policía Estatal y el director del Grupo de Operaciones Especiales (GOES) Tomás Méndez Lozano fueron detenidos por operar una red de protección de ladrones de hidrocarburo en Puebla.
Luego de su detención el exsecretario de Seguridad Pública de la entidad, Facundo Rosas, se vio obligado a dejar su cargo, según información obtenida por CENTRAL, el funcionario público estaba también involucrado en la protección de ladrones de combustible, sin embargo nunca fue investigado por este hecho.
A continuación CENTRAL presenta un recuento de los últimos hechos sangrientos en la región del Triángulo Rojo en Puebla:
La noche del 31 de mayo del 2016 fueron acribilladas en Palmar de Bravo cuatro personas, que, según la Fiscalía General del Estado se encontraban dedicadas al robo de combustible. Los hechos ocurrieron en calles del centro de La Purísima, junta auxiliar de Palmar de Bravo.
Tras la balacera, las cuatro víctimas fueron identificadas como Miguel Ángel M., José M., Rolando Rosendo M., y Orlando C., por lo que se inició la carpeta de investigación correspondiente.
El cuerpo de Víctor M. quedó tendido en la calle 5 Poniente entre 5 y 7 Sur de Acatzingo. De acuerdo con el testimonio de sus familiares, el sujeto se dedicaba al robo de combustible. Personas que se percataron de los hechos señalaron que Víctor M. viajaba en un automóvil Jetta cuando fue rodeado por camionetas y acribillado mientras intentaba huir.
Durante el juego entre dos equipos de Reyes de Juárez y Felipe Ángeles llegaron al campo de béisbol un grupo de camionetas de las que descendieron varios sujetos armados quienes dispararon con armas largas por varios minutos en contra de la multitud que se encontraba presenciando el partido y en contra de los jugadores.
Dos personas murieron tras el ataque. Uno de los cuerpos quedó tendido sobre el campo. La Fiscalía General del Estado informó mediante un comunicado horas después que las identidades de ambas personas que fallecieron correspondían a José Luis Vélez Robles, de 37 años de edad, quien murió en el mismo lugar del ataque y Diego Mauricio Hernández Rojas, de 22 años de edad, quien falleció en el trayecto al hospital. Dos personas más murieron días después, Abel Luna Blas, de 46 años de edad y Adriana Cuautle, de 16 años de edad.
Agentes municipales de Acatzingo y estatales adscritos a la regional de Tepeaca acudieron en las unidades 331, 340 y 585 a la junta auxiliar donde encontraron la camioneta tipo Ford Ranger placas SM33494. Dentro de ella se encontraban los restos óseos calcinados de las dos personas. Sus familiares acudieron al sitio y los identificaron como como Felipe Morales, de 24 años de edad y Alejandro Flores de 17 años de edad.
Según sus familiares, ambos hombres se dedicaban al campo, pero las versiones de vecinos de la demarcación indican que estas dos personas tienen una relación de parentesco con los asesinatos ocurridos en el campo de béisbol de Acatzingo.
Por la tarde fueron asesinados dos vecinos más de San Sebastián Villanueva, junta auxiliar de Acatzingo. Según las primeras versiones, los atacantes los buscaron en su domicilio y al no encontrarlos acudieron por ellos al centro de la población; fue alrededor de las cuatro de la tarde cuando los hallaron y les dispararon a quemarropa.
El ataque, de acuerdo a lo dicho por pobladores del lugar, tuvo que ver con una venganza por negocios relacionados con la venta de hidrocarburo aunque las identidades no fueron confirmadas. Al lugar acudieron elementos del Ejército Mexicano para patrullar la zona así como agentes ministeriales y uniformados de la Secretaria de Seguridad Pública.
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El mismo domingo 4 de julio fue encontrada una tercera víctima en la población de San Sebastián Villanueva. Este caso se trató de otro hombre a bordo de una camioneta quien fue hallado muerto entre cultivos de nopal.
Según versiones extraoficiales, esta quinta víctima pereció tras ser atacado con un rifle Cuerno de Chivo debido a los casquillos percutidos que fueron encontrados en el lugar y las heridas que dejó en el cadáver.
En el municipio de Felipe Ángeles, localizado a unos minutos de Acatzingo, fue encontrado un sexto cuerpo. Este hombre también fue baleado y se le ubicó en el camino a “El Carrizal”, zona que comunica al municipio de Felipe Ángeles con Acatzingo.
Alejandro García Sandoval de 30 años de edad, fue asesinado a balazos en el paraje San Juan Pedraza de la población de Santa Úrsula Chiconquiac, perteneciente al municipio de Felipe Ángeles. Aunque se habló originalmente de un robo de vehículo como móvil la investigación también apuntó a hechos relacionados con robo de hidrocarburo debido a que no le hacían falta pertenencias. Según los reportes, el cuerpo de la víctima presentaba tres impactos de bala, en el brazo izquierdo, en el tórax y en la espalda.
Un hombre de 26 años de edad fue ejecutado al interior de su casa en la calle 8 Oriente en el municipio de Acatzingo en Puebla. Luego de ejecutarlo los asesinos se llevaron su cuerpo.
Según versiones de los vecinos, el joven se encontraba arreglando una de sus unidades cuando sujetos armados lo ejecutaron y sustrajeron su cuerpo.
Algunos testigos aseguraron que el joven se dedicaba a vender gasolina robada, pues esto se hizo evidente cuando comenzó a adquirir diversas unidades y edificó una casa de dos pisos, no obstante dijeron que por la noche trabajaba vendiendo tacos para aparentar con la gente.
