Friday, 26 de April de 2024

Cultura

7 oscuros datos sobre el hombre que escribió 'El libro de la selva'

- Foto: Especial

El universo de Rudyard Kipling es exhuberante y colorido, pero esconde un lado oscuro

Por PlayGround / /

Un joven inglés asciende decididamente los escalones de una cabaña de madera.

Es el año 1989 y se encuentra en el pequeño pueblo de Elmira, en el estado de Nueva York. Acaba de llegar de un largo viaje por Oriente; ha dejado en la India su trabajo como redactor de un periódico local y en Japón a la mujer que amaba.

Cuando se encuentra en la parte superior de la escalera, alza una mano para llamar a la puerta y solo entonces se le ocurre.

Tal vez un hombre tan ocupado —y reconocido— como Mark Twain tenga otras cosas que hacer aparte de atender a un escritorzuelo venido del otro lado del mundo.

Y sin embargo, decide llamar. Mark Twain lo recibe con amabilidad. Invita al joven a que pase a su estudio.

Los dos hombres se llevan treinta años. Se admiran mutuamente y durante dos horas hablan de sus proyectos literarios.

En un momento, Mark Twain piensa con cierta malicia: "entre los dos cubrimos todo el conocimiento existente: él sabe todo lo que puede saberse, y yo lo demás". El joven acaba por irse y el viejo escritor lo mira compasivamente desde el porche de su cabaña.

No volverán a verse nunca. No obstante, el cambio de siglo los encontrará en bandos opuestos.

Entonces el joven ya será Rudyard Kipling, el gran poeta del Imperio Británico, futuro ganador del premio Nobel y autor de novelas como Kimy de relatos célebres como los que componen El libro de la selva.

Kipling escribirá después para la Reina Victoria su poema "The White Man's Burden" ('La carga del hombre blanco'), en el que saca toda su arsenal imperialista para animar a los Estados Unidos a que colonicen y civilicen a los salvajes habitantes de las Filipinas.

Es el deber del hombre blanco.

El poema será vilipendiado por los sectores críticos con el sistema colonial de Inglaterra y Estados Unidos, y su admirado Mark Twain escribirá en 1901 un ensayo en respuesta llamado To the Person Sitting in Darkness ('A la persona sentada en la oscuridad'), a lo largo del cual arremete contra las ideas de Kipling y defiende que no es necesario que Occidente ilumine a nadie, que cada pueblo es soberano de sí mismo.

Este hecho arroja una larguísima sombra sobre toda la obra de Rudyard Kipling, que será siempre vista bajo el prisma del racismo y el imperialismo que verdaderamente practicó.

Aprovechando la reedición de El libro de la selva (Austral) en España, hemos extraído 7 datos conflictivos de su autor que ayudarán a crear una visión más expandida y realista de su pensamiento y su literatura.

1. Rudyard Kipling era anglo-indio.

Nació en Bombay en 1865 de padres ingleses y vivió en la India buena parte de su infancia y juventud.

Fue un escritor de su tiempo, y nunca pudo (ni quiso) salirse del contexto cultural en el que nació.

Su padre era un oficial del ejército colonial en la India y él, por tanto, era hijo del imperialismo. Esto no es una excusa, ni justifica su ideología colonial, pero sí sitúa su pensamiento en un contexto determinado.

2. Ah, y también era masón.

Fue iniciado en la masonería a los veinte años, en la logia "Esperanza y Perseverancia Nº 782" de Lahore, Punjab, India.

3. George Orwell, el escritor de 1984, llamó a Rudyard Kipling "el profeta del imperialismo inglés... moralmente insensitivo y estéticamente asqueroso".

Y sin embargo, lo admiraba profundamente y le dedicó todo un ensayo en 1942 en el que dice: "en un escritor genial, esto [su alineación con los poderosos] es extraño e incluso repugnante, pero tuvo la ventaja de darle a Kipling una gran cercanía con la realidad".

4. Según algunos críticos, en 'El libro de la selva' Mowgli representa a los británicos y la jungla a la India.

Mowgli sabe como manipular a todos los animales, que son inferiores a él y cuya diversidad simboliza a las múltiples etnias que habitan La India (musulmanes, sikhs, hindúes, punjabis, zoroastrianos, bengalíes, cristianos...).

Los animales no pueden sino aceptar la natural superioridad de Mowgli,y él es el único en ganarse el respeto de todas las demás especies.

5. Pero no es tan sencillo: Mowgli es de piel oscura.

Si de una cosa estamos seguros tras leer los cuentos que narran la historia de Mowgli en El libro de la selva es que su protagonista no es, de ninguna manera, inglés.

De hecho, si lo miramos de otra manera es posible que la lectura alegórica según la cual cada animal que aparece en el libro se corresponde con una etnia denostada sea una sobre-interpretación nuestra.

Tal vez Mowgli sea tan solo un niño desorientado que no encaja en el mundo de los animales ni en el de los humanos.

6. Ay, pero también era segregacionista. Sí, en el propio Libro de la selva.

El tristemente célebre rey de los orangutanes, que aparece en la versión cinematográfica de Disney del año 1967 y que es un ejemplo de racismo brutal por parte de la productora estadounidense, tiene su origen en una especie retratada por Kipling, la de los monos.

Esto es lo que dice de ellos Baloo, el oso, a Mogwli:

 "No tienen ley [...]. No tienen habla propia, solo palabras robadas. No tienen líderes, no tienen recuerdos. Fingen que son un gran pueblo preocupado por las cosas de la jungla, pero la caída de una nuece hace que se olviden de todo y se partan de risa. Nosotros no tratamos con ellos. No bebemos lo que beben los monos; no vamos a donde van los monos, no cazamos lo que ellos cazan, no morimos donde ellos mueren".

7. ¿Entonces qué?

Dejando de lado la excusa de que Rudyard Kipling era un gran escritor —un argumento algo vacío, como si la ética y el estilo pudieran diferenciarse— queda clara una cosa: Kipling era un oscuro imperialista y un creador de mundos muy emocionantes.

Tal vez fuera inconsciente del lado terrible del colonialismo, de las muchas llagas que creó en los lugares que tocó.

Quizás creyera que estaba haciendo el bien a los pueblos de la India.

Pero en cualquier caso, lo que deberíamos hacer es olvidar por un momento nuestra superioridad moral y no juzgar tan duramente a quien tomó una decisión política que creemos equivocada.

PlayGround

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