Friday, 26 de April de 2024

Mujeres en el cine mexicano

Por Lydia Cacho / /

No, no hablaré de Pedro infante, sino de Patricia Arquette y de Rafaél Tovar y de Teresa. Cuando en el 2015 Patricia recibió el Oscar como mejor actriz de reparto subió a recibir la estatuilla  y dedicó el premio a todas las mujeres que pagan impuestos, que trabajan y siguen viviendo bajo las reglas de la desigualdad frente a los hombres que, en sus mismas circunstancias, siempre ganan mejor. Merril Streep vitoreaba desde el público al igual que cientos de personajes del mundo cinematográfico que tienen claro que a las mujeres, incluso a las más famosas, les pagan un 40% menos que a los hombres. Sharon Stone ha hecho declaraciones impresionantes sobre cómo su nombre llena la taquilla y siempre le han pagado mucho menos que a sus coestrellas varones. La actriz Jennifer Lawrence estrella de American Hustle ganó 43% menos que Bradley Cooper, quien al enterarse manifestó su indignación. A Rooney Mara la estrella de La chica del dragón tatuado le pagaron la tercera parte que a Daniel Craig y ella fue la nominada al Oscar.

Muchos hombres se han sumado al llamado por la igualdad de género en el mundo cinematográfico, sin embargo aun hay muchos que no entienden lo que significa estar del lado de quienes no reciben fondos no porque sus proyectos no sean buenos, sino porque se les descalifica en base a prejuicios sexistas. Los hombres que deberían moverse porque tienen la responsabilidad y el poder para cambiar las cosas no lo hacen. Entre ellos Secretario de Cultura federal, Rafael Tovar y de Teresa no ha escuchado el llamado de cientos de mujeres directoras y productoras para detener la flagrante discriminación de entrega de recursos para el fomento cinematográfico.

Basta decir que el 42% de cineastas en el país son mujeres, pero como lo han demostrados los estudios de Debra Zimmerman Directora Ejecutiva de Women Make Movies, de la talentosa Maria del Carmen de Lara  del CUEC y de la investigadora Márgara Millán, existe una evidente discriminación hacia las mujeres que impide que tengan acceso a los recursos en la misma medida que los hombres. Varios directores dicen ante esta crítica que a ellos les señalan porque sus películas son elitistas o sectarias, pero aquí no estamos hablando de crítica posterior, sino del financiamiento inicial y bajo qué parámetros se elige a quien solicita recursos.

En México, de los apoyos entregados por FOPROCINE y FIDECINE entre 1998 y 2016, los proyectos de mujeres directoras recibieron solamente el 18.6% del apoyo económico mientras que el entregado a hombres directores fue del 81.3%. A lo largo de estos años las realizadoras mexicanas han escuchado en las oficinas federales frases como “es película de viejas”, “las viejas no saben dirigir”, “otras vez temas de viejas, chick flicks”. No hay transparencia en los criterios de asignación de recursos; ante las quejas de las mujeres la respuesta es siempre: “la decisión es inapelable y no se rebelan los criterios de elección”Las opiniones personales de ciertos miembros de las instancias federales son violatorias de la Ley General de Acceso a las Mujeres a Una Vida Libre de Violencia, que incluye el derecho a las mujeres profesionales a recibir recursos públicos para proyectos culturales. Resulta ofensivo, sexista y directamente retrógrada pensar que la narrativa y mirada cinematográfica femenina no tiene aportaciones vitales para la sociedad en su conjunto. La investigadora Brenda Ayala ha dicho que el cine es un medio de comunicación que cuenta historias del ser humano y su entorno, a través de imágenes estructuradas, orienta y propone la experiencia formativa de la subjetividad, es decir, enseña cómo se debe ser hombre o mujer. Hay siempre un discurso que se favorece más que otro, lo que perpetúa la parcialidad narrativa en el cine que recibe los mayores apoyos.

Es claro que la discriminación de género se hace patente en todas las áreas de la vida pública y está generalizada, tal como lo demuestran las estadísticas del INMUJERES. Ya el Reporte Mujeres Directoras  2013, comisionado por el Festival de Cine de Sundance demuestra que las mujeres directoras, a pesar de su manifiesta capacidad artística y profesional comparable con cualquier hombre, se enfrentan a la discriminación debido a una ideología sexista del cine comercial, mientras en el cine independiente las directoras aparecen, en un 49%, casi en igual cantidad que los varones. Como evidencia de la discriminación desde Hollywood hasta México, están las cifras de inversión en películas producidas y dirigidas por mujeres. Otro estudio denominado Women and the Big Picture  que analiza 700 filmes en 2014, demuestra que cuando un hombre dirige el 80% de su equipo está constituido por hombres, y cuando la directora es mujer el 52% de su staff lo constituyen mujeres, es decir la equidad se traslada a todo el ámbito laboral cinematográfico.

La discusión radica en el sexismo detrás de quienes deciden quiénes pueden producir y dirigir películas y qué discursos cinematográficos se consideran “deseables”; hay cantidad de filmes mal hechos, mal narrados, con malos guiones elaborados por hombres que no merecían los recursos. Romper estos paradigmas y abrir las puertas a la creatividad sin prejuicios de género es urgente, sobre todo cuando los recursos públicos se utilizan para hacer películas que deben revelar las distintas subjetividades, la diversidad cultural e ideológica de un país con la riqueza de México.

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