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Lunes, 09 Febrero 2015 03:52

Mutilado en Chalchihuapan gastó 300 mil pesos para recuperar la voz

Tras siete meses de costosos tratamientos, Martín Romero Montes, herido con un proyectil de goma en el maxilar, lanzado por los policías de Moreno Valle, apenas pudo recuperar la voz tras una serie de tratamientos pagados en hospitales privados por sus hijos 
 
Por : Edmundo Velázquez / @mundovelazquez
Martín Romero Montes, habitante de Chalchihuapan que fue impactado en la mejilla con un proyectil de goma lanzado por los policías de Puebla en el violento operativo del 9 de julio de 2014, recuperó por fin la voz tras una serie de tratamientos que le costaron alrededor de 300 mil pesos. 
 
La pérdida del habla fue causada por el impacto que recibió durante el operativo que lanzó el gobierno de Rafael Moreno Valle para despejar la autopista Puebla-Atlixco, y que dejó como saldo 17 lesionados entre ellos el niño José Luis Tlehuatle, quien murió por el impacto de uno de los proyectiles en la cabeza.
 
Martín Romero narró a CENTRAL, y otros medios de comunicación que se trasladaron a la comunidad, que estuvo durante siete meses en tratamiento y que fue hasta hace unas semanas que el gobierno del estado se puso en contacto con él para apoyarlo con la recuperación. 
 
Los médicos debieron reconstruirle el maxilar y  darle tratamiento para que le fueran instaladas dos placas de metal y rehabilitación para poder volver a hablar. Incluso, tras el impacto del proyectil, Martín Romero ahora padece diabetes. 
 
Romero Montes aseguró que apenas hace dos semanas acudió por su propia voluntad a la Fiscalía Especializada para la investigación del Caso Chalchihuapan, órgano generado a raíz de la recomendación 2VG/2014 de la Comisión Nacional de Derechos Humanos. Ante la fiscalía dio a conocer su versión de los hechos del 9 de julio, sin embargo, durante su primer declaración comenzó a sentirse mal y recibió atención médica. “Me preguntaron a dónde me trasladaban. Y pues yo pedí al Hospital Universitario, desde entonces me apoyan con la atención médica”, comentó Romero Montes.
 
Sin embargo, hasta el momento Martín Romero no ha tenido acceso a alguna indemnización, aunque se le ha prometido que el monto total de lo que ha gastado será parte de la suma que reciba de parte del Fideicomiso para la Atención a Víctimas, creado por la administración morenovallista. 
 
Tras el ataque que sufrió Martín Romero Montes, se tuvo que someter a cuatro operaciones en la clínica Revolución en Atlixco donde se le reconstruyó el maxilar. Además un foniatra apoyó en la rehabilitación de sus cuerdas vocales y un cirujano plástico en la colonia San Manuel de Puebla le reconstruyó la mejilla izquierda, todo fue pagado por sus familiares. 
 
También fue sometido a terapias para restablecer el habla, hasta ahora puede hablar pero le provoca dolores intensos si lo hace por mucho tiempo. Además, en el Hospital Universitario va todos los días a estudios y terapias para complementar su tratamiento. 
 
 Fui a la fiscalía a declarar, para que se diga la verdad, porque tampoco puedo declarar otra cosa, (…) antes desde hace tres meses querían que declarara, pero no podía hacerlo, no hablaba”, recuerda Martín Romero.
 
Según detalló, agentes ministeriales intentaron buscarlo desde el momento en que fue dado de alta. “Les dijo mi familia que iría a declarar cuando me sintiera bien, fue hace quince días que me puse mal cuando estaba declarando”.
 
 
Sin indemnización
 
Sobre la indemnización proveniente del Gobierno del estado, Martín Romero aseguró que aún no analiza si pedirá algún monto en específico. Él se dice satisfecho con que paguen el tratamiento médico que sus hijos pagaron en hospitales privados. 
 
Sí, sí, sí, me dicen, usted tiene que buscar en atención para víctimas y luego de ahí que ya me sienta bien vaya al Fideicomiso del gobierno, me dijeron que el día que me sienta yo bien, ya puedo ir. Me dicen que no tengo porque tener abogados, pero si quiero que los ponga que está en usted en su derecho”. 
 
Según detalló Romero Montes, entre tratamientos, atención médica, operaciones y hospitalización sus hijos han pagado más de 300 mil pesos. Solamente las placas que le fueron incrustadas para la reconstrucción del maxilar ascienden hasta a 3 mil pesos.
 
Desde que yo fui me dijeron el gobierno está disponible en reparar los daños y perjuicios en contra de usted, nomás que usted diga cuándo puede. El gobierno está en buena disposición y acepta lo que va a proponer. Pero me agarró la diabetes, me dicen que ya lo tenía, pero si lo tenía no me daba cuenta, como que lo aceleró".
  
―¿Sólo le están pagando sus consultas y no alguna indemnización?― se le preguntó.
―No, no he pedido tampoco, cómo voy a pedir si me están pagando mis curaciones, ahora si sería también un abuso, yo pienso,
―¿Ha visto buena disposición?
―Sí, para qué le digo que no, hasta vienen en camioneta a recogerme (…) la verdad que les diré, si los otros (damnificados) cobran o no cobran, se les indemniza o no, ya es cosa de ellos.
 ―¿Su proceso de curación ha sido doloroso?
―Claro que sí, imagínese que le meten un placa con seis tornillos, no es tan fácil, apenas llevo ahorita un mes que ya estoy hablando, afectó mi lengua también.
 
 
Los estatales atacaron primero
 
El 9 de julio de 2014 Martín Romero Montes se encontraba limpiando una de sus parcelas. Cuando fue construida la carretera Puebla-Atlixco su terreno quedó dividido así que tiene dos partes en un solo predio del cual desyerbaba el día del encontronazo entre vecinos de San Bernardino y agentes estatales. Según recuerda los agentes estatales abrieron fuego y le dispararon a quemarropa en la cara cuando no había hecho más que buscar a sus nietos entre la muchedumbre. 
 
Estaba yo cortando hierba, mero donde está la autopista, cuando vi mucha gente, aquí el pueblo es muy conflictivo porque hay mucha gente antorchista, vi a esa gente y hartos policías. No pensé que iba a suceder esto, nunca había sucedido algo así. Tengo dos nietos en la secundaria, uno de 13 y 14 años, me acorde que iban a pasar, y como son niños traviesos, pensé que se iban a meter”. 
 
Martín escondió sus herramientas de trabajo, corrió a donde estaba la muchedumbre y corrió a niños para que no fueran a ser heridos. “Cuando llegue había hartos niños, les dije que se fueran que no les interesaba eso, cuando vi que un policía, lo alcance a ver que me estaba apuntando, entonces los niños que ya los arrié, pero al otro niño sí le tocó”, comentó al referirse a José Luis Alberto Tlehuatlie Tamayo, quien murió diez días después en el Hospital General del Sur.
 
Algunos  niños se fueron, cuando me tocó a mí… la verdad ya no me acuerdo, se supone que me caí, pero no sé cómo estuvo… Perdí el conocimiento, ya medio desperté hasta que estaba el hospital (…) No es que crea, yo vi que me apuntó el policía (…) fue una bala de goma, nomás me cuentan, dicen que la bala de goma una muchacha o señora, no sé quién… pero todavía me lo sacó. De que fue un policía… sí fue, porque yo lo alcance a ver como a 20 o 30 metros.
 
―¿Sabe en qué momento fue la agresión, si fue antes o después de la manifestación?
―Fue antes, fue al principio, eran como cuarto para las dos o las dos.
―¿Todavía no había motivo para dispersarlos?
―No, todavía no, inclusive muchos dicen que el presidente de aquí, pero no estaba, yo cuando me traían en la camioneta, vi cómo llegó en una camioneta, al contrario, calmó a la gente.
Pero tampoco fue gente de aquí, fue de muchos pueblos, pero se vinieron a reunir y claro que nos afectó.