El efecto en las redes sociales y el impacto negativo en la prensa nacional fue lo que obligó al gobierno de Rafael Moreno Valle Rosas a frenar la llamada #LeyBala. Al mismo tiempo se puso en evidencia que el jefe del Poder Ejecutivo carece de operadores de medios de comunicación nacionales y de crisis, pues hasta ayer en la capital seguían surgiendo críticas y mofas contra el mandatario por lo que implica esa legislación. Se supone que quien tendría que evitar esa andanada de cuestionamientos es el flamante vocero Héctor Antonio Alcudia Goya, quien prácticamente desapareció durante esta crisis.
Tan solo este lunes aparecieron críticas duras contra el mandatario en medios como Excelsior, Sin Embargo, Bloomberg México –que es una agencia proveedora de información financiera en línea– y Proceso, entre otros, en donde se insiste en el carácter autoritario, de corte fascista, que mostró Moreno Valle con la elaboración de esa legislación, y se insiste en comparar su imagen con la de Gustavo Díaz Ordaz, el ex presidente genocida causante de la matanza del 2 de octubre del 68.
Llama la atención este estado de cosas, porque en Puebla luego de que se supo que se había modificado de última hora –y por arte de magia, ya que nadie sabe precisar cómo se operó ese cambio– el artículo 46 de la #LeyBala, y se eliminó la disposición que permitía usar armas de fuego contra manifestantes, las críticas se redujeron de manera drástica. En cambio en la prensa nacional se sigue cuestionando esa legislación como si no hubiera sufrido alteraciones en su contenido y alcances.
Lo anterior es una muestra de que Héctor Antonio Alcudia Goya no es un operador eficiente del gobierno del estado. Este personaje fue nombrado a principios de marzo como responsable de Puebla Comunicación, que es el conjunto de medios públicos del estado, y al mismo tiempo se le dio la responsabilidad de ser vocero e interlocutor del Poder Ejecutivo con la prensa del Distrito Federal.
Cuando se le nombró se dijo que por haber sido el responsable del área de Comunicación Social en la Secretaría del Trabajo y Previsión Social en la época en que Javier Lozano Alarcón fue el titular de esa dependencia, lo hacía ser un personaje curtido y probado para enfrentar la dureza de cualquier jefe o una crisis política severa generada en la prensa.
También se comentó que como Alcudia había logrado resistir el autoritarismo, los desplantes y el carácter violento de Lozano, podía aguantar todo tipo de malos tratos –que son propios en la administración morenovallista– y resolver cualquier conflicto entre actores políticos y la prensa. Se equivocaron quienes pensaron de esa manera, ya que Alcudia Goya brilla por su ausencia y por los magros resultados que ofrece como operador de medios de comunicación.
Ser egresado del ITAM y tener 23 años de experiencia en el gobierno federal no le han servido para mostrar resultados positivos en el gobierno morenovallista, pues algunos funcionarios que se desempeñan como responsables de ser los enlaces de medios de comunicación locales con diferentes dependencias del gobierno del estado, cuentan que Alcudia Goya no siquiera se ha aprendido el sentido de las calles en la ciudad de Puebla y mucho menos encuentra la brújula para ser un operador eficiente frente a la prensa nacional.