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Miércoles, 13 Marzo 2013 18:07

Peligros y riesgos de usar tacones altos

 

Sexy, elegante y glamurosa. Son cualidades que unos altos tacones conceden a las mujeres que los portan. ¿Quién no se ha sentido así sobre unos 'stilettos' o plataformas? Pero no todo es fascinación y prodigio. Los 'taconazos' son un arma de doble filo que trae consecuencias irreversibles.

Por : Terra.com.mx

Visten todos los armarios femeninos, y los incalculables modelos que existen convierten el hecho de adquirir unos bonitos zapatos en una larga ceremonia.

Pero estar ininterrumpidamente a diez centímetros sobre el suelo tiene sus consecuencias. La protagonista de ‘Sexo en la ciudad’ ha sido una de las muchas mujeres que ha tenido que bajarse de los tacones para preservar su salud. Los ‘manolos’ de Sarah Jessica Parker sólo volverán a ella en ocasiones especiales. Los zapatos han sido los culpables, después de años siendo fieles aliados de la deformación que ahora sufren sus pies.

Los podólogos llevan años advirtiendo de los problemas que traen los tacones, pero parece que la estética triunfa sobre la salud, y sólo decimos adiós a las alturas cuándo el cuerpo se resiente. Porque los pies no son los únicos afectados cuando nos pasamos de glamurosas. Juanetes, dedos martillo, deformaciones y durezas son algunas de las primeras consecuencias. A partir de ahí, los tobillos, las rodillas y las caderas son también dañadas.

Cuando te calzas unos zapatos de tacón, tu cuerpo sufre una inclinación que incrementa la tensión sobre los dedos y el empeine, además de aumentar la presión en las rodillas, propiciando la posibilidad de padecer osteoartritis, una enfermedad producida por el desgaste del cartílago.

Los tobillos, las rodillas y las caderas quedan más flexionados, la postura cambia y tiende a forzar nuevas posiciones, y la espalda se curva provocando dolores lumbares y tensiones musculares, molestias que llegan al cuello y a la cabeza, en ocasiones, de forma crónica. La circulación se ve dificultada y, a largo plazo, las varices podrían ser otra de las consecuencias.

Un sinfín de problemas que habría que analizar antes de dejar de caminar a ras del suelo, pero que muchas mujeres no quieren plantearse. ¿Cómo dejar atrás este símbolo de feminidad y sensualidad? ¿Cómo no sucumbir a un arma, de doble filo, pero que seduce a cada paso y estiliza la silueta?

Se ha convertido, cada vez más y con el paso de los años, en un aliado fetiche que ya encumbraba el diseñador de moda y director de cine norteamericano Tom Ford en una ocasión: "It's hard not to be sexy in a pair of high heels" (“Es difícil no ser sexy sobre un par de tacones altos”).

Una perdición que ha degenerado en modas extravagantes, como la de cortarse el meñique para lucir ‘taconazo’, una solución en auge en Estados Unidos para vencer el dolor que los zapatos causan, o inyectarse colágeno en la planta de los pies para una mayor comodidad sobre unos tacones de vértigo.