Existen muchas razones que provocan los ojos cansados u ojerosos: la genética, la pérdida de vitaminas, la tensión y el estrés, el sol y los hábitos de vida no tan sanos, nos afectan de manera notable en nuestra piel, especialmente en los ojos.

Para empezar, el corrector debe de tener tonos duraznos, ya que ayudan a corregir las ojeras azules o grises y debe de tener una consistencia más cremosa ligera y no tanto talcosa.

Por otro lado, ilumina la cara sutilmente sin verse brillosa. Esto favorece a desviar la atención de la cara cansada.
La mejor manera de aplicarlo es dando golpecitos desde el lagrimal hasta cubrir toda la ojera, difuminar con los dedos, con una esponja o con una brocha.

Es importante que no uses correctores muy blancos, o mucho más claros que tu piel, porque las acentúa y les da un efecto de mapache, sobre todo si te toman una foto.