La quinta etapa de rehabilitación de la ex fábrica textil La Constancia Mexicana será destinada a la construcción del llamado Museo de la música, que costará 74 millones de pesos bajo el esquema peso a peso con la Secretaría de Turismo (Sectur) federal.
La apertura de dicho museo forma parte del proyecto impulsado por el gobernador panista Rafael Moreno Valle Rosas, que comenzó en 2011 con la entrega del inmueble a Fundación Azteca, propiedad del magnate televisivo Ricardo Salinas Pliego, para que la ex fábrica fuera la sede de la Orquesta Esperanza Azteca.
En pasados días, en la página electrónica compranet.gob.mx fue publicada la licitación para la construcción del Museo de la Música, también llamado Casa de Música Viena, que ocupará el predio de la ex fábrica La Constancia, considerada un ícono de la industria textil en América Latina.
En las bases de la licitación se establece que la intervención iniciará el próximo 19 de mayo y tardará alrededor de seis meses para ser concluida, por lo que será hasta finales de este año cuando esté listo dicho museo.
Más recursos públicos para un proyecto privado
Fue en junio de 2013 cuando Rafael Tovar y de Teresa, presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), firmó un convenio de colaboración con el gobierno de Puebla y anunció la realización del Museo de la Música.
Este es un proyecto que tiene sus detalles, ya lo podremos anunciar después, pero sin duda alguna es algo que será absolutamente novedoso para nuestro país”, expresó en aquella ocasión.
Pese a que en aquella reunión privada del 27 de junio el titular de Conaculta dijo que sería “un trabajo conjunto entre el gobierno de Puebla, (y) esfuerzos privados como TV Azteca”, el Museo de la Música solo contará con recursos federales y estatales.
Así, los 74 millones de pesos se sumarán a los casi 300 millones de pesos que se han destinado en las cuatro anteriores intervenciones de La Constancia Mexicana, de los cuales 90 por ciento han sido públicos y solo 10 por ciento ha sido del capital privado, en este caso a la Fundación Azteca, pese a que dicha empresa funciona como operadora del inmueble.
Hasta ahora, la administración morenovallista ha aplicado un total 295 millones 29 mil pesos. En la primera etapa se destinaron 24 millones 342 mil pesos con recursos estatales y del Fondo de Aportaciones para el Fortalecimiento de las Entidades Federativas.
La segunda etapa del proyecto se realizó en 2011 y en ésta se ejecutaron 57 millones 687 mil pesos, de los cuales 50 por ciento correspondió al gobierno estatal y 50 por ciento restante a Fundación Azteca.
Como consignó la reportera Mónica Camacho (La Jornada de Oriente, 11 de marzo de 2014), esta ha sido “la única aportación económica realizada por Fundación Azteca”, la cual ascendió a 28 millones 843 mil pesos, monto que “representa apenas 41 por ciento de los 70 millones de pesos que Moreno Valle y Salinas Pliego anunciaron en 2011 como inversión de Fundación Azteca”.
La tercera etapa se echó a andar en 2012 bajo el título de “Centro Promesa de La Constancia” con una inversión de 69 millones de pesos, y en 2013 inició la construcción del Museo de la Música con un costo de 64 millones de pesos, fondo que se formó a través de un convenio entre la actual administración y Sectur federal, la cual aportó 40 por ciento.
156 años de historia fabril sobre la música
Con la apertura del Museo de la Música o también llamado Casa de Música Viena la ex fábrica textil La Constancia Mexicana se alejará radicalmente de su función y naturaleza obrera que la mantuvo como un ícono de la industria textil en América Latina.
Como ha insistido la historiadora Teresa Ventura, investigadora del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades “Alfonso Vélez Pliego” de la UAP, es lamentable que se cambie de vocación del inmueble, ya que con ello se hace un hueco en la historia social, económica y tecnológica en el país, a la par de que se confirma la entrega de un bien público a manos de la iniciativa privada.
Dicha fábrica, que abrió el 7 de enero de 1835 a orillas del río Atoyac, en la hacienda de Santo Domingo, fue fundada por Esteban de Antuñano, quien tuvo el sueño de impulsar los primeros procesos mecanizados de producción para sustentar a la industria textil como uno de los pilares de la economía nacional.
En sus 156 años de productividad, ya que La Constancia fue expropiada por el gobierno del estado en 2001, los trabajadores “gestaron una nueva cultura del trabajo y el inicio de una nueva clase social: la de los obreros textiles”, como apunta la historiadora en su libro “Una mirada al sindicalismo de ayer a través de La Constancia Mexicana”.
De espacio de cultura a Museo Histórico Militar
La ex cárcel de San Javier, ahora el Instituto Cultural Poblano y otrora el fuerte de San Javier durante el Sitio de Puebla de 1863, se convertirá en el Museo Histórico Militar.
Según la licitación emitida paralelamente a la quinta etapa de rehabilitación de la ex fábrica textil La Constancia Mexicana, con código 580120 y bajo el título “Rescate de la cárcel de San Javier”, se informa que la obra tendrá un costo de 66 millones de pesos, que serán aportados por partes iguales entre el gobierno estatal y la Federación por medio de un subsidio en “materia de desarrollo turístico”.
Igualmente, la intervención del inmueble comenzará el próximo 19 de mayo y tardará alrededor de seis meses para ser concluida, por lo que será hasta finales de este 2014 cuando podría abrir.
En el caso del llamado Museo Histórico Militar, se considera la demolición de algunas partes de este inmueble antiguo, desde muros, puertas y ventanas, para dar espacio a las salas de exposición. Incluso se tiene prevista la instalación de un elevador semipanorámico.
Edificado en 1751, el fuerte de San Javier –también llamado Iturbide– fue la última obra importante de la Compañía de Jesús en Puebla y en México antes de su expulsión. La iglesia y el colegio sirvieron para impartir doctrina cristiana y primeras letras entre los indígenas, a la par de realizar labor misionera lo mismo en barrios de la ciudad que en la sierra de Puebla, así como para preparar jesuitas en las lenguas naturales.
El 13 de enero de 1834 San Javier pasó a ser propiedad del gobierno de Puebla; fue ahí donde se construyó el templo y colegio la nueva Penitenciaría del Estado, de acuerdo con los planos del arquitecto poblano José Manzo.
Tras la victoria del 5 de mayo de 1862, y de su ocupación como cuartel, el poblano Joaquín Colombres convirtió la Penitenciaría en Fuerte Iturbide para la defensa de la ciudad, llegando a ser un sitio heroico en 1863.
La Penitenciaría de Puebla estuvo funcionando hasta 1984, año en que el gobernador Guillermo Jiménez Morales lo instituyó como el Instituto Cultural Poblano, dedicado a actividades artísticas y culturales.