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Martes, 14 Enero 2014 04:00

Greenpeace tira a la basura políticas ambientales de Moreno Valle; toxicidad en el agua y el aire del Río Atoyac provoca cáncer

El pasado 9 de enero 2014, Greenpeace dio a conocer el estudio “Ríos tóxicos: Lerma y Atoyac” en el que se revela que las acciones implementadas por la administración morenovallista han sido en vano, pues se detectó un alto nivel de toxicidad en el agua y en los contaminantes dispersados en el aire, al grado de que podrían provocar cáncer.

Por : Viridiana Lozano/ David Arroyo

La organización internacional Greenpeace reveló que los altos niveles de contaminación del Río Atoyac en Puebla podrían provocar cáncer a los humanos, incluso a través de sus contaminantes dispersados en el aire. El resultado del estudio de esta ONG —revelado el 9 de enero de 2014— tira por la borda las políticas públicas implementadas por el gobernador Rafael Moreno Valle para el saneamiento del río y la reactivación de la zona como: la rehabilitación de las plantas tratadoras de agua, la construcción del Paseo del Río Atoyac, el Ecoparque Metropolitano y la futura edificación en la zona del Museo Internacional Barroco.

El jueves de la semana pasada, Greenpeace estuvo en Puerto Vallarta para presentar su estudio “Ríos tóxicos: Lerma y Atoyac, la historia de negligencia continúa”. El resultado de las pruebas realizadas al río que atraviesa Puebla es fulminante:

“En el Lerma y el Atoyac se detectaron 51 compuestos orgánicos volátiles (COV) y  semi-volátiles (sCOV), algunos de los cuales son clasificados como potencialmente cancerígenos para vertebrados y probables cancerígenos para humanos. La mayoría de las sustancias presentes en las muestras son consideradas disruptores hormonales, es decir, que tienen efectos directos sobre el sistema endócrino y en la reproducción. Lo anterior los hace potencialmente riesgosos ya que por sus propiedades fisicoquímicas son fácilmente dispersados en el aire y en consecuencia el riesgo de exposición es alto”.

El rescate y saneamiento del Río Atoyac ha sido una de las acciones más presumidas por la administración morenovallista, pues desde campaña el gobernador de Puebla enunció como uno de sus compromisos: “sanear las cuencas hidrológicas Atoyac y Alseseca a través del a construcción de redes de drenaje conectadas a plantas de aguas residuales, con el objetivo de limpiar los canales acuíferos que nutren la laguna de Valsequillo”, según el documento “Cumplo o me voy”.

Sin embargo las acciones han sido más cosméticas que enfocadas a la limpieza de las aguas en sí, pues el gobierno estatal ha invertido más de 350 millones de pesos en construir áreas verdes alrededor del río y descuidado las plantas tratadoras, al grado que entre 2012 y 2013 estuvieron frenadas por casi 20 meses.

Los esfuerzos para el saneamiento y la activación del Río Atoyac como un atractivo turístico en Puebla comenzaron cuando el gobierno morenovallista invirtió en 2011,  204 millones de pesos para la construcción del Ecoparque Metropolitano y 157 millones de pesos para el Paseo del Río Atoyac.

Estas acciones tienen el objetivo de que los poblanos y turistas desarrollen actividades deportivas y de esparcimiento a la orilla del río, del que ahora —gracias al estudio de Green Peace— se sabe que la sola exposición al aire cerca de la cuenta es altamente tóxico y podría provocar cáncer.

Otro proyecto en puerta es la construcción del Museo Internacional Barroco, que será edificado a sólo unos metros del Río Atoyac y para el que se planea una inversión aproximada de mil 390 millones de pesos.

Plantas de tratamiento de aguas residuales, insuficientes para descontaminación del Atoyac

El estudio realizado en mayo de 2013 concluye que las plantas de tratamiento de aguas residuales son insuficientes para la descontaminación del Río Atoyac, y exige a los gobiernos “establecer medidas precautorias para detener la descarga de todas las sustancias posibles con características tóxicas en los cuerpos de agua”.

En el 2011 la Comisión Nacional del Agua dio a conocer que eran 400 las empresas asentadas entre Puebla y Tlaxcala que descargan sus aguas contaminas a este río.

“Con los resultados de este muestreo, Greenpeace presenta nueva evidencia de que los sistemas de saneamiento aplicados en dos de las cuencas más contaminadas del país -Lerma y Atoyac- son insuficientes para resolver el problema del vertido de sustancias tóxicas en los ríos”.

Hasta el momento se desconoce cuánto dinero ha invertido la administración morenovallista únicamente en la descontaminación del Río Atoyac.

La única información encontrada en la página del gobierno de es que en la cuenta pública de 2011 se revela que se invirtieron 45 millones 617 pesos en  el rubro de medio ambiente y recursos naturales “a fin de realizar acciones de saneamiento y restauración del Río Atoyac y la zona de Valsequillo”.

En abril de 2011 el Ayuntamiento de Puebla contó con un fondo de 52 millones para “acciones paralelas al saneamiento” como el desazolve de drenajes y trabajos preventivos en afluentes que cruzan la ciudad.

De acuerdo con diversas notas periodísticas en octubre de 2013 la administración estatal rehabilitó cuatro plantas tratadoras de aguas residuales, 61 millones 378 mil 31 pesos para San Francisco, Alseseca Sur, Atoyac Sur y Barranca del Conde. Con el programa de Tratamietno de Aguas Residuales (protal) federal se incluirán otras 18 plantas tratadoras.

Estas plantas estuvieron detenidas durante 20 meses, luego de que en febrero de 2012 el SOAPAP le notificó a la empresa Tratamiento de Agua de Puebla SA de CV (TAPSA) la terminación de la relación contractual para la operación de 4 plantas tratadoras de aguas residuales en Puebla, debido a que la filial del consorcio francés Degremont supuestamente incumplió con la calidad del agua pactada.

En respuesta, TAPSA emitió un comunicado de prensa en el que acusó que desde 2008 propuso la modernización de las plantas al SOAPAP desde 2008 sin obtener respuesta del gobierno estatal.

En noviembre de 2013 la Comisión Nacional del Agua reveló que existen 360 plantas tratadoras distribuidas a lo largo de la entidad, y la mayoría se localiza en la ribera del río Atoyac.

El estudio de Greenpeace

De acuerdo con el documento publicado por la organización internacional pro ambientalista, se explica que la prueba en las cuentas del Río Atoyac y el Lerma se llevaron a cabo para “confirmar si las medidas tomadas ante esta contaminación son efectivas”.

“Para ello se comparó la información obtenida previamente al establecimiento de dos Plantas de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) en las dos cuencas (Lerma y Atoyac), contra datos actuales, obtenidos del muestreo realizado por Greenpeace”.

Estos fueron los resultados textuales arrojados por Greenpeace:

1.      Después de analizar las muestras en el laboratorio de  investigación de Greenpeace Internacional en ambos ríos se encontraron metales pesados: cadmio y cromo, lo que constituye un factor de preocupación pues ambos metales tienen la calificación más alta en la Agencia

2.      La Asociación Internacional para la Investigación en Cáncer (IARC). Es sabido que los metales pesados representan un riesgo para la salud por su alta toxicidad y que la mayoría están clasificados como cancerígenos o probables cancerígenos para los seres humanos.

3.      Por el contrario, las muestras del río Atoyac presentaron  niveles bajos de metales pesados. Es importante señalar que la información que se obtiene de las muestras colectadas en ambos ríos representa un momento puntual en el tiempo. La descarga de metales que en este muestreo aparenta ser leve, puede ser mayor en otros momentos, como los encontrados en los estudios citados.

4.      Greenpeace detectó 51 compuestos orgánicos volátiles (COV) y  semi-volátiles (sCOV) algunos de los cuales son clasificados como potencialmente cancerígenos para vertebrados y probables cancerígenos para humanos.

5.      El resultado es que en el Lerma hay 34 compuestos químicos que causan cáncer y son disruptores hormonales, y en el Atoyac hay 28. Por sus propiedades físicas y químicas, todos esos compuestos son fácilmente dispersados en el aire y afectan a comunidades cercanas a los ríos.

6.      En el agua del Atoyac hay presencia de vanadio. La inhalación de este metal puede causar cáncer.

7.      La mayoría de las sustancias presentes en las muestras son consideradas disruptores hormonales, es decir, que tienen efectos directos sobre el sistema endócrino y en la reproducción. Lo anterior los hace potencialmente riesgosos ya que por sus propiedades fisicoquímicas son fácilmente dispersados en el aire y en consecuencia el riesgo de exposición es alto.

8.      En cuanto a las muestras colectadas en la descarga de aguas residuales del tubo comunitario del C.I. Quetzalcóatl y las del río Atoyac, un grupo amplio de contaminantes detectados en el río Atoyac no parece estar presente en las aguas residuales que vierte el tubo comunitario. Lo anterior sugiere fuertemente la presencia de otras fuentes de contaminación entre las dos estaciones de colecta.

9.      Entre las sustancias encontradas en el tubo comunitario se detectó pentaclorofenol, usado generalmente por la industria textil, el cual tiene graves efectos a largo plazo: es un mutágeno que causa alteraciones en el sistema inmunológico y endócrino, altera las funciones reproductivas y aumenta la susceptibilidad a infecciones. Por su capacidad de bioacumulación, su toxicidad y su persistencia en el ambiente esta sustancia se encuentra severamente restringida o totalmente prohibida en muchos países. 

Aquí el estudio íntegro de Greenpeace:

 

Rios tóxicos: Lerma y Atoyac by Periódico Central