Monday, 17 de June de 2024

Cajón del desastre

Martes, 20 Agosto 2013 21:36

La Pintada

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Un día te levantas y observas detenidamente la fachada de tu casa, y te avergüenza que el tiempo transcurrido sobre ella haya dejado sus marcas; el sol, las lluvias, las cacas de paloma, los pelotazos de los vecinitos, ¡guacala! Te sorprende lo poco presentable que se ve la entrada de tu hogar, te inquieta y preocupa la primera impresión que se van a llevar los invitados, y obvio, juntas una lana para remodelar, pintar, decorar. Los trabajadores de la brocha acuden presurosos ante el llamado de urgencia que les has hecho, y colocan la nueva pintura, pero curiosamente debajo de cada brochazo ha quedado el viejo color, está en el alma de los ladrillos, en su esencia misma.

Curiosamente han llegado los tiempos de la toma de decisiones, hasta ahora Rafael Moreno Valle había logrado navegar en distintos canales, rutas, carreteras, colores sin mayor contratiempo, incluso en los procesos electorales de 2012 y 2013 digamos que de alguna manera ha sabido salir bien librado, apostando en más de una mesa de póquer y ninguno de los crupieres se ha quejado, y el público observador hasta se ha divertido, pero la hora de la “reforma energética” ha aterrizado.

Los azules de inmediato han colocado sus pretensiones privatizadoras sobre la mesa, los tricolores han hecho lo propio más con una campaña de enajenación que con argumentos nacionalistas, y los amarillos cantaron su coro esta semana con la máxima figura sobre el tema, el hijo del General Lázaro Cárdenas.

Rafael es como esa fachada descarapelada, que algún día optó por barnizar su corazón de azul cuando el matiz tricolor dejo de ser una opción, y logró las escaleras al cielo de la mano de la hoy ubicada en el rincón de la historia nacional, luego supo convocar y aprovechar los matices cromáticos a su favor, para lograr llegar a la gubernatura del estado de Puebla, receta que repitió este año durante las elecciones intermedias.

Se ha evidenciado, que más allá de las nuevas capas y los recientes teñidos, es el tricolor el que se vislumbra en cada aguacero, y las acciones, simpatías y apoyos de varios que aún ostentan aquella bandera así lo balconean.

Tal vez y sea ignorancia del que esto redacta, pero no he escuchado, leído o descubierto la postura del Ejecutivo estatal con respecto a la tan llevada y traída “reforma energética” y la duda me corroe, circula por todo mi sistema nervioso, carcome mis entrañas.

¿A qué color serle fiel? ¿Qué iniciativa apoyar? ¿De qué tono será la camiseta a usar? ¿Qué dirán los otros cuando llegue el momento de la definición?

Una buena medida de las decisiones públicas ha estado más del lado del matiz azul, aun y cuando el tricolor haya estado latiendo a cada paso, y el amarillo no ha sido en ninguno de los instantes una opción cultivada, a pesar de haber sido invitado especial durante el encuentro de los legisladores perredistas y de ostentar la fotografía con el Jefe de Gobierno del Distrito Federal.

La inclinación, simpatía, adopción para con alguna de las iniciativas de ley en cuanto al futuro del petróleo en México es la evidencia palpable de una forma de pensar, de una ideología, del concepto de país que se imagina, tanto como el color que ostenta nuestra fachada.

En cada rincón de la sala se han ubicado las mesas de juego, tres para ser exactos, Andrés Manuel ha iniciado una exigencia a la conciencia nacional para incidir en cada una de estas y evitar que los del gran capital vuelvan a ser los ganones, mientras que los diminutos (verdes, del trabajo, ciudadanos y aliancistas) cotizan mejor sus minorías.

Lo negro del petróleo va a venir a definir el verdadero color del gobernador ¿quién lo iba a pensar?

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