Lo de Katerina Kamprani no tiene nombre. Bueno sí: creatividad mezclada con un poco de mala leche. O eso es lo que nos transmite esta colección de objetos incómodos que hemos descubierto.
Porque a ver… ¿A quién se le ha ocurrido que un tenedor de 3 centímetros de grosor puede ser útil? ¿Y una escalera que termina en la pared en lugar de en la puerta? ¿Y unas botas de agua incompletas? ¿Y un paraguas de cemento? Nada tiene sentido. Y es justo por eso que nos encanta el trabajo de esta arquitecta y artista 3d griega.
En serio, ¿Te imaginas viviendo con estos objetos? Anosotros nos daría un patatús :P