26 de Abril del 2024

Dios escucha Nirvana

Por Rolando Ochoa Cáceres / /

panza identifi

Hace mes y medio aproximadamente compré el documental Kurt Cobain: Montage of heck donde se vislumbran imágenes poco conocidas del líder de Nirvana y probablemente el vocero de una generación perpetuada en angustias y vacíos, es decir, la mía.

Durante la secundaria un compañero del colegio me grabó un cassette que tenía por titulo de un lado Nevermind y por el otro Nirvana. Al llegar a mi casa, le pedí la grabadora a mi hermana y cuando por fin accedió a prestármela, me metí al cuarto e inmediatamente todo en mí comenzó a cambiar. Recuerdo haberlo escuchado tres veces ese mismo día y comencé a medio sacar Lithium en la guitarra acústica de mi padre.

Al otro día le pedí a mi compañero que me prestara más cassettes de Nirvana y me dijo que sólo tenía uno, el In Utero, y comenzó a contarme la historia de aquél grupo que me abría perspectivas distintas hasta que me relató la parte del suicidio de Kurt. Al otro día me prestó el In Utero y recuerdo haber llorado con All Apologies. No podía creer lo que estaba escuchando y tampoco podía creer que aquella voz se había desvanecido tan de repente.

Durante los dos últimos años de secundaria sabía en guitarra algunas canciones de los máximos exponentes del grunge y me entusiasmaba cuando las tocaba con mis amigos a todo volumen.

No recuerdo bien el año pero fue hace unos cuantos ayeres que vi en VH1 un documental que, si la memoria no me falla, se llamaba Los últimos días de Kurt Cobain. Lo que sí recuerdo bien es la profunda tristeza que me había generado aquél documental que no decía lo realmente trascendente, ¿quién fue en verdad Kurt Cobain?

Cuando comencé a ver Montage of heck sentí un nudo en la garganta al ver aquellas imágenes de Cobain siendo niño, jugando, siendo hiperactivo, siendo generoso, mandando besos a la cámara. Pensaba en lo que se había convertido ese niño que tocaba con una guitarra de juguete y pensaba en el fin de ese niño que sonreía con los ojos brillantes. Al final, ese niño era un adulto, que sostenía a su hija mientras se le podía ver en el abismo y el desastre que produce el consumo de la heroína.

Hay una parte del documental en la que Krist Novoselic, con los ojos llorosos, dice a la cámara que si él hubiera sabido realmente lo que pasaba con Kurt, hubiera pedido algún tipo de ayuda, hubiera hecho algo más por aquél amigo que se le desvaneció demasiado pronto.

El discurso de los padres de Cobain se sostienen en lo que nadie pudo hacer. Tras separarse nadie aguantaba a Kurt y por lo tanto, como pelota de beisbol, lo pasaban con distintos familiares. En la escuela tuvo que vivir con la vergüenza de sus compañeros de colegio tras saber que él había intentado tener relaciones con una chica que le desagradaba. La conoció gracias a otros compañeros que se dedicaban a burlarse de ella y a robarse algunas pertenencias de aquél hogar. Su mujer, Courtney Love, decía que la gran diferencia de su relación es que ella ya había superado la adicción a la heroína y Kurt no quería desprenderse de ella. Se puede entender la desesperación de Cobain cuando le preguntan a qué suena la música de Nirvana y él responde que la respuesta está en la misma música.

Cuando terminó el documental cerré la computadora e inmediatamente cuestioné qué era lo que necesitaba Kurt Cobain realmente. Podemos pensar que lo tenía todo y que hacía lo que más amaba hacer pero ¿qué necesitaba realmente?

Al notar que durante los discursos de los padres y de la madrastra estos no dejan de pasarse la bolita de ver quién fue peor padre, me hizo pensar que, siendo aquél niño un ser hipersensible, la falta de amor en el seno familiar lo condicionó de alguna forma a intentar destruirse como fuera posible.

Lo intentó al amarrarse con piedras en las vías del tren y el destino le envió un mensaje cuando el tren cambió de riel y siguió adelante pasando junto a un Kurt dispuesto a fulminarse.

Pensé en aquella condicionante que es la falta de amor. No me refiero a padres separados ya que estos los hay y no olvidan el amor por sus hijos. Me refiero a los padres que hacen todo lo posible por demostrar a sus hijos el caos de su existencia, el ego adulto entorpeciendo una infancia tranquila y probablemente feliz.

Pensé, indudablemente, en mis sobrinos que han sobrellevado las cosas gracias al amor que se les ha procurado. Pensé, claro, en mis alumnos que han llegado a mi cubículo con las lágrimas en todo su rostro preguntándome el por qué sus padres decidieron separarse, el por qué uno los abandonó o el por qué ambos lo abandonaron.

No estoy muy informado al respecto pero lo que sí sé es que las tazas de depresión y de suicidio de adolescentes en este país son altas y en la mayoría de los casos es por falta de comprensión, falta de compañía, falta de amor.

No sé si sea la solución a muchos conflictos pero parece ser que el amor incondicional, el que se dispone en la familia (y todas sus formas de ser familia) es el que de alguna manera determina conductas positivas en los chicos, también forja carácter, también un sentimiento de compañía.

Al ver el documental me pareció que Cobain estaba en constante búsqueda de sus padres, lo que realmente necesitaba era tenerlos y saberse dentro de un núcleo familiar amoroso y alentador. Probablemente eso necesitaba Kurt Cobain, probablemente eso necesitan muchos.

Publicidad