Tres aspirantes a la cabeza van
en la contienda presidencial,
uno en encuestas colándose más,
otro cantando se gana un lugar,
el último no avanza, está muy atrás.
Yo mero dice ciudadano ser
partido político no tiene en su haber.
Ministro y secretario, doctor de Yale,
pero su tono rojo no tiene buen ver.
En ocho semanas no levantó ni polvo.
Su amigo dirigente es más bien un estorbo
con sus chistes prietos perdió más bonos
como si el horno estuviera para bollos.
La vida es un complot contra ya sabes quién
doce años de espera y no llega la miel.
Nombró su partido como el color de piel
de los mexicanos pobres que no votan por él.
Aunque va a la cabeza es de mecha corta,
finge mesura pero cuidado si explota.
No acepta la crítica y a todos insulta
los AMLOVES feroces te sacan antorchas.
Ahí anda el celeste ambicioso y “burgués”,
logró triunfos históricos por primera vez.
Con alianza de opuestos se logra vender,
pero dividió a su partido por su gandallez.
El ex líder celeste aún debe responder
por los negocios turbios de su famosa red.
Los jóvenes millenials no le quieren creer
pues su partido, la guerra, vino a traer.
Aquí en esta fiesta se debe cuidar
el aspirante que va en segundo lugar
pues el de abajo lo quiere jalar
y el de arriba no se dejará alcanzar.
Los renegados van descoloridos.
Abandonaron su bastión heridos.
Independientes dicen que son,
para la gente no son opción.
Pero ese es otro cantar de grillos.
Hasta el lunes amable lector.
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