26 de Abril del 2024

Absurdos

Ellos te venden todo para fumar mariguana, lo único que no tienen es... la hierba

- Foto: Especial

La venta de artículos para el consumo de mariguana en México está creciendo y evidencia un mercado dinámico que algunos aprovechan pese a la ilegalidad de la droga

Por El Financiero /

Visitar una smoke shop es como ir a un museo. Los exhibidores a los costados ofrecen varios artículos, algunos parecen pertenecer más a un laboratorio de química que a un comercio que bien podría pasar por una tienda de cristalería. Hay piezas que requieren de explicación por parte de un experto para entender su función y origen, como si se trataran de artefactos antiguos de los que solo los verdaderos conocedores están completamente familiarizados.

Eso sí, a los dueños de esas tiendas les encanta dejar algo claro desde un inicio: toda su actividad y los productos que comercializan son perfectamente legales y no están involucrados en nada que los pueda meter en apuros con la autoridad. Insisten en que no hay nada malo en lo que hacen y, al igual que cualquier otro comercio legítimo, solo buscan satisfacer un mercado creciente valuado ya en varios millones de dólares.

También te dirán que ahí encontrarás eso que buscas para poder fumar con comodidad y en el estilo que prefieras. No hallarás mucha variedad de tabacos, eso es cierto para muchos de esos establecimientos, pero sí te ofrecerán papeles para enrollar, charolas para no desperdiciar producto cuando estés haciendo un cigarro. También hay pipas, bongs, hitters, encendedores especiales, moledoras, ponchadoras, vaporizadores, filtros y un largo etcétera que se extiende hasta donde el cliente pueda imaginar. Para ser más directos, si lo quieres es fumar mariguana ahí puedes conseguir todo lo que necesitas para hacerlo, menos la hierba, esa es ilegal. Y pese a la prohibición, las smoke shops son un negocio en expansión en las principales ciudades del país, con ganancias que muchos otros pequeños comercios que apenas arrancan morirían por tener.

¿Qué tal suenan 60 mil pesos de utilidad mensual promedio en el primer año de operaciones? ¿Una segunda locación menos de dos años después de haber abierto la primera? Así le fue a The High Club, una de las smoke shops de más rápido crecimiento y con uno de los diseños de tienda más innovadores en el segmento. También ha tenido éxito Capital Smoke and Vape Shop, que se ha convertido en un referente de ese tipo de comercios en el corredor Condesa-Roma. La Milpa, uno de los más conocidos en la ciudad, también ha ampliado su número de clientes y catálogo.

The High Club fue fundado en la colonia Roma por los hermanos Juan y Daniel Lecanda, en mancuerna con Rodrigo Quiñones, un amigo de ambos de varios años y a quien conocieron en el colegio Green Hills, una de las escuelas de mayor prestigio en la Ciudad de México.

Hace tres años fuimos a una smoke shop los tres y eran tiendas sucias, chiquitas, sin música, te atendían de malas, no aceptaban tarjeta de crédito y pese a todo eso, estaba hasta el gorro de llena”, relató Juan en su sucursal ubicada en el tradicional mercado Del Carmen, en San Ángel. “Fue cuando dijimos: aquí hay un público que quiere estos productos y este estilo de vida”.

Su tienda es todo lo contrario a aquella que visitaron. The High Club parece una joyería, con productos en vitrinas de madera y cristal, música de fondo, iluminación especial, sillas, y un mural hecho bajo encargo por un artista.

El negocio creció rápido, no solo por el estilo y variedad de su tienda, sino porque el mercado está hambriento de conseguir el tipo de accesorios que se comercializan en un smoke shop.

Algo que sigue existiendo tristemente en nuestra sociedad vieja, retrógrada, prejuiciosa, mexicana y tonta es que hay muchos tabús alrededor del fumador. Fumar puede ser una necesidad, así como el tomar alcohol es una necesidad para muchos”, comentó Juan, quien además de microempresario es actor. “No hay que hacerlo como tabú, hay que entender que es parte de nuestra realidad y ahí fue donde encontramos una ventanita de negocio”.

Al preguntarle sobre la legalidad de todo lo que venden en The High Club, Juan respondió con una frase que, palabras más palabras menos, es utilizada por los dueños para justificar la venta de pipas, bongs y otros accesorios que claramente adquieren personas que buscan consumir mariguana: “Yo vendo todos los accesorios para que fumes lo que quieras. Yo te vendo el vaso, pero no te vendo el licor”.

The High Club tiene mucho éxito ofreciendo esos “vasos”. Tras un año y siete meses de abrir su primera tienda en la colonia Roma, inauguró su establecimiento en San Ángel y están en planes para arrancar otras sucursales, posiblemente en Condesa y Santa Fe, sitios en los que, según los tres amigos, hay un mercado amplio y “natural” para sus productos. Incluso quieren una tienda en Avándaro, Estado de México, sitio del histórico concierto de rock de 1971, donde se presentaron bandas como los Dug Dug’s, El Ritual y Three Souls in my Mind. Según Rodrigo, el único de los tres con estudios de administración y quien está a cargo de los números de la tienda, durante el primer año de operaciones tuvieron utilidades mensuales de alrededor de 60 mil pesos y en la actualidad registran unos 600 clientes al mes, solo en la primera de sus tiendas.

El Financiero

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