Feminicidios

Despiden a la joven epiléptica que fue violada y asesinada

- Foto: El Sol de Puebla

Fue la mañana del viernes cuando el propietario de un inmueble descubrió el cuerpo sin vida de la joven a quien se le apreciaban heridas en el abdomen hechas por un objeto punzocortante.

Por El Sol de Puebla

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Alrededor de 200 personas entre familiares y amigos dieron el último adiós a Mariana Joselin, la joven de 18 años de edad que sufría de ataques epilépticos y que fue privada de su libertad, violada y asesinada en la parte alta de una carnicería en el fraccionamiento de Las Américas.

Fue la mañana del viernes cuando el propietario de un inmueble ubicado sobre la avenida Independencia, esquina con José María Morelos, descubrió el cuerpo sin vida de la joven a quien se le apreciaban heridas en el abdomen hechas por un objeto punzocortante.

Mariana Joselin había salido de su casa la mañana del jueves alrededor de las 09:00 horas, “de rápido” para ir a la tienda, sin embargo, ya no regresó a su casa; irónicamente, una de las hojas que contenía su fotografía solicitando informes para dar con su paradero fue pegada en la carnicería donde fue encontrada.

Luego de las diligencias de ley por parte de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM), el cuerpo de la joven fue entregado a sus familiares minutos antes de la medianoche del viernes y trasladado a un velatorio del panteón Jardín Guadalupano en Rinconada de Aragón, donde su sepelio fue programado para después de las 17:00 horas del sábado.

A través de las redes sociales, vecinos de la joven dieron a conocer el rostro del presunto responsable, a quien identificaron como José “N”, de aproximadamente 21 años y trabajador de la carnicería denominada “Carnicasa”, que aseguraron conocía a Mariana desde hacía tiempo y que desde el día de la desaparición, no se ha vuelto a ver.

Por su parte, los familiares de Jocelin, durante el sepelio, se reservaron el derecho de emitir alguna declaración y obligaron a algunos reporteros gráficos retirarse del lugar, no sin antes obligarlos a borrar las imágenes que habían capturado con sus cámaras durante los funerales.

El Sol de Puebla.