Ricardo Arturo Pacheco Tello, “El Quino”, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación en Veracruz, fue entregado por sus propios sicarios a las autoridades federales debido a que jamás les pagó los 200 mil pesos prometidos por la ejecución del coordinador de la Policía Federal, Juan Camilo Castagné.
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“El Quino” ordenó a sus sicarios esconderse en Puebla “mientras se enfriaban las cosas”. Después los enviaría a Tijuana. Mientras tanto se mantenían en un departamento de lujo en la colonia Los Ángeles Mayorazgo de la capital poblana, en donde vivían peleando todo el tiempo hasta que fueron detenidos por la Policía Federal.
El periodista Héctor de Mauleón detalló en el periódico El Universal que Castagné realizó varios golpes contra grupos de huachicoleros en Veracruz, lo cual afectó intereses del CJNG. Por esto, la célula que mantenía el control de Cardel se encargó de ejecutar al coordinador federal cuando este estaba en la zona con dos acompañantes más.
A los sicarios se les invitó al “jale” por el cual se les pagaría 200 mil pesos. En la ejecución participaron los sicarios conocidos como “El Micky”, “El Chicles”, “El Delta”, “La Flaca” (quien le disparó en la cabeza a Castagné), “El Tomate”, “El Pikachu” y “La Máscara”.
PÁGINA NEGRA informó que la cabeza de Ricardo Arturo Pacheco Tello, “El Quino”, fue entregada por sus propios matones, detenidos el jueves 27 de junio en la colonia Los Ángeles Mayorazgo.
La detención de los sicarios en Puebla derivó en la detención de su jefe, quien se encontraba en la zona de San Gregorio Atzompa. El capo del CJNG sostenía una relación con una joven originaria de Chipilo y desde ese lugar operaba a distancia.
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“El Quino” se guareció en Puebla cuando obtuvo el pitazo de que se le buscaba como autor intelectual del homicidio del mando federal
Castagné Velasco y el oficial Alberto Sánchez Ruiz, fueron asesinados a quemarropa el sábado 24 de junio pasado en Cardel, Veracruz.