Megan Kelley y algunos de sus familiares encontraron una manera perfecta de entretener a su madre mientras espera a que su esposo sea operado: por medio de un visor de realidad virtual y un teléfono celular la hacen experimentar un alocado viaje en montaña rusa.
La madre de Megan y sus hermanos llevan un mes yendo a la Unidad de Cuidados Intensivos de algún hospital en algún país anglófono -presumiblemente Estados Unidos-. Por ello y para tratar de relajarla, unas horas antes de que su esposo y padre de sus hijos sea sometido a un doble transplante de órganos, sus familiares le prestaron un teléfono de la marca Samsung que cuenta con un visor de realidad virtual (el Gear VR).
La experiencia reproducida: un paseo en montaña rusa. La cómica reacción: una mujer sentada en el sillón de la sala de espera, quien voltea a ver para todos lados como si estuviera en un verdadero parque de atracciones, quien de a momentos brinca y grita como si ese mismo sillón estuviera en movimiento, cayendo por una pendiente a gran velocidad.
Si en verdad el Gear VR es capaz de generar este tipo de experiencias -y no es anuncio- ha de ser una maravilla. Y más allá de eso, ver las reacciones de esta buena mujer es fantástico, más considerando que sus hijos lograron distraerla en momentos de gran tensión. Un breve descanso del estrés de saber que el amor de su vida está en la plancha de un quirófano, sala de la que los pacientes nunca saben si saldrán victoriosos, con la vida puesta, a esperas de hallarse mejor.