Friday, 26 de April de 2024

Nacional

Guerra de cárteles en Iguala por control de extorsión y transporte

- Foto: Especial

Desde los tiempos de José Luis Abarca, líderes de “Guerreros Unidos” que hoy se enfrentan, gozaron del control del transporte y la violencia continúa

Por La Silla Rota / /

Las extorsiones y el pago de cuotas impuestas al transporte público en Iguala, Guerrero, así como la disputa por esta “economía” informal mantienen al cártel de los “Guerreros Unidos” y a una de sus escisiones, Sierra Unida Revolucionaria Sur (SU), en una confrontación constante. 

Muertos y narcomantas se han convertido en el paisaje por excelencia de la guerra por el transporte en Iguala.

¿Cómo se apoderó “Guerreros Unidos” del transporte público?

Al llegar José Luis Abarca a la alcaldía de Iguala se concertó que una parte del transporte público se pusiera al servicio del grupo criminal “Guerreros Unidos”, ya que se otorgaron 60 concesiones de taxis para los hermanos Ángel, Adán y Sidronio Casarrubias Salgado, este último identificado como “El Chino”, quien era el líder máximo de la organización criminal.

A Víctor Hugo Benítez Palacios “El Tilo” o “El Pelón” -identificado como el jefe de plaza de “Guerreros Unidos” en Iguala- y a sus seis hermanos, también les fueron entregadas concesiones de transporte público.

Las autoridades mexicanas vinculan a los hermanos Casarrubias Salgado y los Benítez Palacios con la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.

El empleo del transporte público por parte de los Guerreros Unidos generó una confrontación con el grupo antagónico “Los Rojos” en Iguala y los municipios circundantes, que involucró a los chóferes y las unidades.

Antes del ataque y desaparición de los normalistas de Ayotzinapa, el 25 de agosto de 2014, la línea de transporte que comunica a Iguala con Tlacotepec, fue suspendida. La base fue cerrada por el secuestro de cinco transportistas de la ruta Chilpancingo-Tlacotepec, producto de la pugna entre ambos cárteles por penetrar sus respectivos territorios.

La noche del 26 de septiembre de 2014, de manera simultánea a la agresión a los normalistas de Ayotzinapa en Iguala, se registró una balacera en el autolavado “Los Peques” en el domicilio de los hermanos Benítez Palacios, tras el enfrentamiento los agresores se robaron tres taxis.

No sería la única agresión a este negocio de los hermanos Benítez Palacios, el 29 de abril  y el 27 de julio de 2015, sufrirían otros dos ataques armados.

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